Me desayunaba hace unos días con el discurso de Rajoy y sus sagaces tijeras recortadoras. Iba en el coche camino de Ayamonte y puede que fuera porque una deja atrás familia, amigos, negocio y gatos, pero me faltó muy poco para cruzar la frontera y huir. Y no piensen que era por miedo, servidora no usa. Era por la sensación de náusea contenida que me producía escuchar cómo nuestros políticos debatían desde la lejanía absoluta de mi futuro sin un atisbo de respeto, sin un ápice de empatía por un país que se desangra y que está para borrón y cuenta nueva. Pero para borrón y cuenta nueva única. Todos empujando para el mismo lado. Sin colores, que no estamos para imbecilidades. Estamos para sobrevivir, a duras penas, pero para sobrevivir. Pero por lo visto sólo los que tenemos el monedero embargado nos damos cuenta de ello.
Aplausos, gritos, risas… A ver señores diputados, mírenme a los ojos y díganme de qué puñetas se ríen ustedes. Estos ojos están viendo a padres que no saben cómo van a darle de comer a sus hijos. ¿Saben lo que escuece la frustración de un hombre cuando ve que puede perder su casa? ¿Saben lo que se le destroza el autoestima a una persona que no encuentra trabajo, a un joven que está estudiando y no sabe para qué? Ustedes no tienen ni idea, absolutamente ni idea. Y llámenme demagoga, facha o roja de mierda, no me imponen ustedes ningún respeto, el mismo que este pueblo castigado y prostituido les impone a ustedes que desde sus escaños se divierten jugando a Dios con nosotros.
Este país está para hacer muchos números, por supuesto que sí. Y recortes, pues claro. Lo que no estamos es para hacer numeritos. O qué se creen que somos un país de parásitos que sólo queremos vivir de subvenciones como por lo visto piensa el resto de Europa. Pues no, no lo somos. Puede que esa imagen la hayan transmitido ustedes, yo desde luego que no. No me siento ni menos preparada ni menos trabajadora que la mismísima Ángela Merkel. Pero si las imágenes del otro día en el Congreso son las que ven nuestros “prestamistas” no me extraña que quieran borrarnos del mapa económico. Yo también lo haría. Pero España no es así. Los españoles no somos así. Así son ustedes que tienen un pan fácil, les joda a quien les joda ¿verdad, señora Fabra?
