Por tercer año consecutivo, bufones, músicos, malabares, pregoneros, artesanos y todo tipo de personajes del Medievo, llenarán de colorido las principales calles del centro de Cartaya. Y es que con la fortaleza-castillo de los Zúñiga, la parroquia de San Pedro Apóstol o la Casa Consistorial como testigos excepcionales, y con la plaza Redonda y sus calles adyacentes como epicentro, la localidad costera reeditará entre los próximos días 9 y 11 de noviembre su mercado medieval.
Un evento que forma parte de la programación cultural de otoño del Consistorio cartayero y que reunirá a más de 30 puestos dedicados a toda clase de productos artesanos, en torno a los cuales se volverán a dar cita en el centro de la localidad cientos de ciudadanos, atraídos igualmente por las numerosas actividades que en torno al mismo se van a suceder a lo largo de todo el fin de semana.
Actividades lúdicas, culturales y de ocio centradas en la animación callejera a través de pasacalles, exhibiciones de cetrería con vuelos de aves rapaces, espectáculos musicales y muestras de los productos más típicos del Medievo, incluidos los gastronómicos.
Para los más pequeños, al margen de las varias atracciones que van a ser instaladas en la plaza Redonda con motivo de este mercado medieval, también está prevista la realización de otras actividades específicas como talleres de pintacaras o de tiro con arco, además de un carrusel infantil.
El mercado medieval mantendrá abiertas sus puertas al público de manera totalmente gratuita, haciendo regresar a los cartayeros por unos días a lo más arraigado de su historia y al mismo tiempo intentando dinamizar la actividad comercial en el centro de la localidad, con el ocio y la diversión como principales herramientas.
Entre los productos que los asistentes podrán encontrar en la treintena de puestos que serán instalados tanto en la plaza Redonda como en las calles San Pedro y Nueva, destacan las más variadas y aromáticas especias procedentes de todos los confines del mundo, hierbas y ungüentos naturales para remediar todo tipo de males y dolencias, las más exquisitas y tradicionales chacinas y quesos de nuestra tierra, los productos artesanos más diversos traídos de los más lejanos confines, o la bisutería más exquisita.
Los asistentes tienen por tanto la oportunidad este fin de semana de sumergirse por tercer año consecutivo en lo más profundo de la Edad Media cartayera, disfrutando de todo un conjunto de aromas, sabores, colores y texturas destinadas a tender una mano entre el pasado y el presente.
