Así consta en un documento, al que ha tenido acceso Efe, aprobado por la Comisión Ejecutiva del Banco de España el pasado 28 de marzo, cuando acordó la sustitución del Consejo de Administración de la entidad por tres administradores encargados de gobernar la entidad.
“Desde el punto de vista de la gobernanza, la actuación ha sido deficiente”, expone el Banco de España, que responsabiliza al equipo directivo de sobrevalorar el ciclo expansivo con un exceso de posicionamiento en el sector inmobiliario tanto a través de financiación directa como de participaciones en empresas del sector.
También asegura que el Consejo “no estableció los mecanismos necesarios para garantizar que recibía suficiente información de control de la cartera crediticia y, en general, del perfil de riesgo de la entidad” y no fue capaz de reaccionar “cuando el deterioro de la situación era ya manifiesto”.
“Las áreas de gestión y control de riesgos han sido insuficientemente dotadas de medios, lo que acompañado de una fuerte relajación de los criterios de concesión ha desembocado en la situación actual, socavando de forma muy grave la solvencia y la viabilidad de la entidad”, añade el informe.
El supervisor destaca la “fuerte concentración” de la inversión crediticia de la entidad en el sector promotor-constructor, (que supera el 40% del total) y en determinados titulares, “especialmente con empresas de su propio grupo económico”.
“Una parte de estas concentraciones se explica por la presencia de empresarios relacionados con el sector promotor que, financiados en su mayor parte por la Caja, participan conjuntamente con ella en inversiones y proyectos inmobiliarios”, según el Banco de España.
El informe pone además de manifiesto el rápido deterioro de la morosidad de la caja en el último año, al pasar de un 0,5% a un 5,1%, mientras que la tasa de cobertura para posibles insolvencias se ha reducido del 385% al 36%.
El Banco de España realizó una inspección a Caja Castilla-La Mancha el año pasado y, “ante la frágil situación de la entidad”, comenzó otra, que aún se mantiene, y de la que “previsiblemente” se derivarán ajustes del patrimonio neto que superarán los 600 millones de euros, lo que “empeorará sensiblemente” la solvencia de la entidad, que ya presentaba una tasa del 7,2% al cierre del pasado año 2008.