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Viernes 26/04/2024  

La Gatera

El muro

Estábamos terminando el año 1979 sin saber lo importantes que serían para nosotros, pobres adolescentes de la Transición, los creativos años ochenta (¿Verdad, Ángel Boyer?)...

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Estábamos terminando el año 1979 sin saber lo importantes que serían para nosotros, pobres adolescentes de la Transición, los creativos años ochenta (¿Verdad, Ángel Boyer?). Adolfo Suárez acababa de ganar las elecciones nacionales y en Sevilla estrenábamos alcalde socialista. Aquel verano se les había muerto a nuestros padres John Waine  y a nosotros Blas de Otero, dejándonos la palabra. Habíamos llorado en el cine Pathé con Dustin Hofman y Meryl Strep, cuando nos contaban que el divorcio por el que nos manifestábamos, era un camino necesario pero duro, en la oscarizada Kramer contra Kramer.

ETA había secuestrado en Madrid al diputado de la UCD, Javier Rupérez, y la mirada se nos iba  acostumbrando a los féretros en entierros discretos, y páginas interiores del periódico. En Inglaterra ganaba las elecciones una mujer y aquí se legalizaba la demonizada masonería ante los ojos aterrorizados de muchos.

Y en medio de todo esto, una niña de catorce años mira en  una revista la foto de un LP con una breve reseña. En la portada un escueto dibujo de unos ladrillos blancos y en unas letras negras manuscritas, “Pink Floid, The Wall”. Su inglés de primero de BUP llega hasta ahí, el muro. Está haciendo cuentas mentales. Cuántas pagas necesita para comprarlo. Está dudosa entre éste y otro de  Led Zeppelin, “In through the out door”.

Al final los Reyes magos se decidieron por Pink Floid. Ya saben que esa niña era yo, y les aseguro que los tres magos de Oriente tomaron la decisión correcta.

Se cumplen hoy 35 años del lanzamiento del disco que inmortalizó a Roger Waters y mató a Pink Floid. Cuentan que aquel año el grupo tenía muchos problemas. Su música agonizaba frente a los movimientos punk que iban a traer los ochenta. En un concierto en Montreal, Waters pierde los nervios y escupe a un fan. Aquello le pone de manifiesto de la locura egocéntrica en la que ha caído. En una conversación con el productor de Lou Reed, Bob Ezrin, le confiesa la necesidad que siente en ocasiones de levantar un muro entre el público y él, y Ezrin le replica que por qué no lo hace.

Así nace The Wall. La historia de una catarsis y también parte de nuestra historia.

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