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Faltan médicos en Andalucía

El Consejo Andaluz de Colegios Médicos, en un estudio dado a conocer no ha mucho, ha concluido con rotundidad: hay escasez de médicos en nuestra comunidad...

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El Consejo Andaluz de Colegios Médicos, en un estudio dado a conocer no ha mucho, ha concluido con  rotundidad: hay escasez de médicos en nuestra comunidad y el déficit se incrementará en la próxima década notablemente. Más de 1 de cada 4 médicos (27,7%) actualmente en activo cumplirán 65 años (edad de jubilación obligatoria) en ese plazo, y el recambio calculado se antoja muy insuficiente. Cesarán en su labor profesional más del 50% de analistas, y por encima del 40% de urólogos, internistas, cardiólogos y endocrinólogos,  con porcentajes muy próximos en otras especialidades.

He aludido a este problema en dos artículos anteriores, uno referido a la conveniencia de una Facultad de Medicina en Jaén y otro sobre la inconveniencia de las actuales pautas de jubilación. En el primero de ellos, subrayaba que de 5.000 estudiantes andaluces que el año pasado solicitaron cursar Medicina sólo 950 pudieron acceder a las cinco facultades existentes. En el segundo, expresaba mi opinión sobre el error de excluir precozmente -a los 65 años- a muchos profesionales en plena madurez científica y gran rendimiento laboral, una jubilación prematura que desdeña médicos consagrados por el estudio y la práctica. A estos dos factores causales de la escasez, se añade la complejidad de la licenciatura y estudios de postgrado, que obligan al alumno a una larga caminata, de una década o más, antes de alcanzar una situación estable y remunerativa. Tampoco debe desdeñarse la conflictividad que el ejercicio de esta profesión genera: cada vez son más frecuentes las denuncias de malpraxis (de las cuales muchas decaen, pero siempre dejan huella en una profesión en que el prestigio y la confianza son básicas para el buen cuidado de los pacientes); y aún más, las agresiones verbales y hasta físicas están a la orden del día. De vez en cuando las cosas van todavía peor, y el médico pierde incluso la vida. Tal es el caso de la Dra. María Eugenia Moreno, muerta a tiros por un paciente en un centro de salud de Moratalla (Murcia). Y, por ende, las retribuciones económicas en Andalucía son inferiores a las de otras comunidades (Cataluña, por ejemplo).

En atención a todo ello, el referido Consejo Andaluz, ha propuesto una serie de medidas correctoras: (1) Retribuciones adecuadas. (2) Voluntariedad del ejercicio en la medicina pública más allá de los 65 años. (3) Adecuación del número de plazas MIR y Facultades de Medicina. (4) Recuperación de médicos ya jubilados. (5) Posibilidad de compaginar ejercicio público y privado sin merma de ingresos. Tales medidas apuntan correctamente, pero las reivindicaciones de los médicos caminan en buena parte por otros derroteros. Desean respeto, tiempo, medios y garantías. Otro día desarrollaré estos conceptos.

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