Llevamos semanas escuchando en distintos medios de comunicación y redes sociales, el descontento de los usuarios con los “gorrillas” de los aparcamientos donde antes se situaba la tan odiada zona naranja. Pues estos “gorrillas” como a muchos les gusta llamarlos (yo los llamo personas buscándose la vida), están buscándose la vida para llevar el pan a su casa o simplemente pagar algo tan básico como puede ser la luz o el agua.
Estas personas llevan semanas recibiendo multas por el simple motivo que antes dije (buscarse la vida) y digo yo, si están allí para pagar esas facturas o llevar algo de comer a sus casa ¿Cómo pagaran esas multas? Yo personalmente prefiero ayudar a que una familia lleve el pan a su casa a que ese dinero vaya para pagar sabe dios que capricho con la zona naranja.
Lo que creo que el ayuntamiento debería de estudiar cómo hacer legal esa situación, mediante cooperativas u otros medios que existen. Durante muchos años la zona naranja afecto negativamente en los negocios de la zona y ahora parece que son ellos los culpables de que esto no remonte, cosa que no es así, pues el quitar la zona naranja no iba a surgir efecto inmediato, ya que eso es una confianza que tenemos que volver a recuperar de nuestros visitantes.
Qué fácil es decir “si en mi casa falta para comer hago lo que sea” pero qué difícil es ponerse en la situación de las personas que llegaron a ese límite. Señores gobernantes de nuestra ciudad, para evitar que la gente este en la calle buscando algo de comida para llevar a sus casas, se soluciona evitando que gente se queden en la calle sin casas, que gente se quede sin luz ni agua en sus casas, evitando que nadie pase hambre en nuestra ciudad y un largo etcétera.
Víctor Manuel Vaca Arcila, presidente de la asociación Auspo