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Colombinas

El fandango de Paco arañando los adoquines de “la Pescadería” y avivando las almas que peregrinan entre farolillos

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Tres carabelas de plata que desde Palos se adentraron en los océanos del mundo para arribar a un continente desconocido y americano. Americanista Huelva, por los siglos de los siglos, y Colón en la Punta del Sebo vigilante del quehacer heroico de nuestros marineros gigantes. Los eucaliptos en los márgenes del sueño chico en donde una “BH” negra rueda y canturrea “Mi Buenos Aires querido”. Club de los esfuerzos náutico-pesqueros y Real, semana a semana internacional colombina. Barquitas multicolores en el atardecer cuadriculado que dibuja el Muelle del Tinto. Frente por frente el recinto y en el recinto fluyendo la hermandad bajo la lona coloreada. Turrón, helados, algodón dulce, globos, manzana de caramelo, fritos y mariscos, coco troceado, pesca de los patitos, cuerdas con regalo seguro, tiro a la canasta, escopetas de tapones de corcho, tiro a la portería del portero que nunca se está quieto, cacharritos, tómbolas, chocolate con churros… El fandango de Paco arañando los adoquines de “la Pescadería” y avivando las almas que peregrinan entre farolillos. Se eleva el fandango y forma cuna que mece la gloria. “Música junto a la Ría”, “Cien por cien Huelva de los espacios” y el “Espacio de los Mayores” en la Caseta Municipal. Solistas, orquestas, grupos y coros embelleciendo suelo y cielo de la efímera urbe con sus múltiples notas danzarinas… Y la brisa marinera que todo lo cubre..
         Tres carabelas plateadas en Palos de la Frontera, el marco, la vocación, ganas de la mar y por ello ¡tierra!, tierra americana. Americanista perpetua Huelva y Colón austero en la Punta del Sebo escudriñando allende las fronteras. Los eucaliptus en los márgenes del sueño diminuto en que un tren de asientos de madera rueda y canturrea disimuladamente “Caminito”. Real Club de los marítimos esfuerzos, semana internacional colombina. Estigma de la “Gilda” y de barco pesquero pintado de tiempo. Enfrente el recinto y en el recinto abrazamiento bajo los toldos coloridos. Patatas fritas, manojos de regaliz, la débil pinza a un euro, tiro con pistola de agua, puñetazos del chuleta a balón picudo, carrera de camellos, flores, flores, flores chinas, pata negra de mamífero artiodáctilo y suido, cacharritos, tómbolas, chocolate con churros… El flamenco acariciando “el Matadero” y calando ánimos caminadores entre farolillos. Volando va el flamenco, vuelo universal, seña de identidad. “Música junto a la ría”, “Cien por cien Huelva de los espacios” y el “Espacio de los Mayores” en la Caseta Municipal. Solistas, orquestas, grupos y coros inundando suelo y cielo de la urbe perecedera con sus heterogéneas notas danzarinas. “Recre” colombino en el corazón. El firmamento resplandece en filigranas, palmeras de luces que se desgranan… Y la brisa marinera que todo lo envuelve.

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