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Muere Viriato pero íberos y romanos brindan juntos en Almedinilla

Almedinilla, localidad de la Subbética cordobesa, conmemora en sus VIII Jornadas Íbero-Romanas Festum la resistencia de sus ancestros apoyando al lusitano Viriato y el posterior sometimiento al césar tras la muerte del íbero, que luchó por que el pueblo lusitano resistiera ante Roma

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  • Festividad. -

Almedinilla, localidad de la Subbética cordobesa, conmemora en sus VIII Jornadas Íbero-Romanas Festum la resistencia de sus ancestros apoyando al lusitano Viriato y el posterior sometimiento al césar tras la muerte del íbero, que luchó por que el pueblo lusitano resistiera ante Roma.

"Tan grande fue la nostalgia que dejó Viriato que, aun siendo bárbaro, fue provisto de las cualidades más elevadas; el primero en afrontar el peligro y el más justo en repartir lo conseguido", se lamentaban anoche los íberos de Almedinilla en una recreación en la que participaron todos los lugareños de la localidad, de unos 2.500 vecinos, desde bebés en sus carritos ataviados de romanos a señoras vestidas de patricias y plebeyas.

Desde hace ocho años, el pueblo cordobés celebra durante una semana con un sinfín de actividades la valentía de sus ancestros, los pueblos bárbaros que moraban en el sur de España antes de la romanización de la península y su apoyo a Viriato para evitar la sumisión al César, algo que no consiguieron.

Casi a las diez de la noche, en el colegio público del pueblo, centenares de pobladores íberos encendieron ayer un fuego que abría paso a la comitiva de un Viriato entronizado que recorrió las cuestas y calles estrechas acompañado de su séquito.

"Venimos representando a las legiones romanas manipulares y venimos a explicar cómo era la vida del legionario romano y las principales tácticas de guerra que los ejércitos de Escipión realizaban en la II Guerra Púnica" comenta uno de los miembros del grupo de reconstrucción histórica de Legio Vernácula de Gilena (Sevilla) que recrean entrenamientos militares en la Villa Romana de la localidad.

Ana María, una vecina de Almedinilla, iba ataviada como la Dama de Elche y paseó en su trono portada a hombros por sus esclavos en la comitiva en la que también estaba Auxi Cortés, otra oriunda del pueblo de la Subbética cordobesa, junto a las bellísimas patricias romanas que representaban la ostentación y el poderío de estas féminas.

El pasacalles arribó al anfiteatro de la localidad donde se representó la muerte de Viriato, que ardió entre las llamas, tras lo que se celebró el triunfo de Roma con una comida inspirada en el recetario de Apicio, del siglo I antes de Cristo.

Este menú se repetirá el próximo sábado y domingo para unos 300 comensales y se sirve animado por los actores del grupo de teatro local en una experiencia evocadora de casi cuatro horas de duración, como explica el concejal de Cultura de Almedinilla, Francisco Vicente Jurado.

Hasta el próximo domingo, Festum oferta un centenar de actividades como talleres de alfarería, música, danza; degustaciones de comida íbera y romana, pasacalles o visitas guiadas teatralizadas al Poblado Íbero y la Villa Romana.

Todo ello con la participación de todas las familias del pueblo con el único objetivo de que tanto oriundos como forasteros conozcan el pasado íbero y romano de este pequeño pueblo cordobés, en una provincia en la que el esplendor omeya es su máximo exponente turístico y que a veces obvia otros vestigios como el pasado anterior a la Mezquita, de gran valor patrimonial, histórico y cultural.

Y es que muchas de las costumbres actuales, son herederas de aquella época como demuestra Nati Bermúdez, la responsable gastronómica de Festum que explica cómo muchas de las recetas romanas forman parte de nuestro recetario actual: el vino, el pan y el pescado.

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