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Conservar gracias a la cooperación

La naturaleza no tiene por qué estar reñida con el desarrollo social, es más, hay una simbiosis entre ambos...

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  • Sierra Nevada es el único ecosistema español que participa en el proyecto Glochamore de la Unesco y que analiza los efectos del cambio global.
La naturaleza no tiene por qué estar reñida con el desarrollo social, es más, hay una simbiosis entre ambos. Al menos, esa es una de las conclusiones que se extraen de las jornadas desarrolladas por el Observatorio de Cambio Global de Sierra Nevada y donde los expertos medioambientales han apostado por poner en valor los espacios naturales para añadir a su función original de conservación la de fuente de riqueza para las zonas en las que se ubican y su adaptación a los efectos del “cambio global”.

El director del Espacio Natural de Sierra Nevada, Javier Sánchez, ha explicado que el programa de seguimiento que está desarrollando el Observatorio de Cambio Global de Sierra Nevada, en el que se enmarcan las jornadas “El valor de los espacios protegidos de montaña en un escenario de cambio global” , centra sus trabajos en los ecosistemas hídricos, la fauna, la flora y la contaminación atmosférica de este parque.


Estos aspectos están siendo estudiados con indicadores a largo plazo “sensibles, fiables, y útiles para la toma de decisiones”, ha añadido Sánchez.

Sierra Nevada, el macizo montañoso en el que más grupos de investigación trabajan de España, resulta, debido a su latitud, altitud y características ecológicas y culturales, junto con el efecto de isla climática húmeda en un entorno seco, un enclave “excepcional” para el estudio de estos procesos de cambio, según Sánchez.

De hecho, Javier Sánchez ha advertido de que este macizo montañoso contiene unos ecosistemas en su alta montaña “muy frágiles” ante los efectos del cambio global, entre los que se encuentran la contaminación, la sobreexplotación o el cambio climático.

Ha apuntado también a los pastizales húmedos de alta montaña y a formaciones de robledal como los principales espacios del parque en los que actualmente desarrolla sus trabajos el Observatorio de Cambio Global de Sierra Nevada, y ha mencionado “la unión del trabajo científico y el de gestión” como elemento indispensable para el futuro de estos territorios naturales.

El citado observatorio se enmarca en el proyecto denominado Glochamore (Global Change in Mountain Regions) de la Unesco en el que participan un total de 28 reservas de la biosfera ubicadas en diferentes zonas montañosas de todos los continentes.

Sierra Nevada, la única reserva española que participa en este programa internacional, supone en este sentido un caso “pionero” en la identificación de cómo el cambio global puede afectar a determinados hábitats, según ha señalado la directora general de Sostenibilidad en la Red de Espacios Naturales, Rocío Espinosa, durante el acto de inauguración de las jornadas.

“Las áreas protegidas en el siglo XXI, en el escenario del cambio global, deben modificar el paradigma que les dio su razón de ser en el pasado siglo” ha añadido Espinosa, quien ha requerido un “modelo alternativo” para estos espacios que incluya la presencia humana como parte “esencial”.

Los resultados del Observatorio, que dispone de una “vocación permanente”, se conocerán en un informe que verá la luz a finales de este año o principios del siguiente, y “cuyas conclusiones podrán extrapolarse a otros espacios naturales”, según Espinosa.

Sierra Nevada alberga unas 2.100 especies vegetales, una cuarta parte de las de la Península Ibérica, de las que ochenta son endémicas -únicas en el mundo- y acumula el mayor número de plantas amenazadas de la Península.

Precisamente la misma semana en la que se abordaba en Granada la incidencia del cambio climático en los parques naturales, la Fiscalía archivaba las diligencias penales abiertas sobre el acondicionamiento y balizamiento por parte de Cetursa, un fin de semana del pasado febrero, de un área que está fuera del dominio público esquiable de la estación de Sierra Nevada y que pertenece al Parque Nacional.

En su decreto, la Fiscalía Provincial de Granada mantiene que, dado que la conducta incidió “de forma exclusiva sobre el manto de nieve existente”, no se produjo perjuicio al equilibrio de los sistemas naturales, “máxime -agrega- al haberse solventado la situación con prontitud”. El Ministerio Público considera que los hechos constituirían una infracción administrativa que deberá ser depurada en ese ámbito.

Se trata en concreto de una infracción de disposiciones normativas protectoras del medio ambiente incluidas, entre otras, en la ley de Gestión Integrada de la Calidad Ambiental, detalla la Fiscalía, que precisa no obstante que la conducta en cuestión no reviste relevancia penal, de ahí que inste a que se depure en el ámbito administrativo.

La Fiscalía abrió esta investigación por la presunta autoría de un delito contra los recursos naturales y el medio ambiente tras recibir un informe del Seprona elaborado a raíz de una denuncia interpuesta por el organismo autónomo Parques Nacionales sobre la apertura de nuevas pistas de esquí en terrenos de la finca denominada Dehesa de San Juan, propiedad del Ministerio de Medio Ambiente y enclavados en el Parque Nacional de Sierra Nevada.

Los informes aportados por el Parque Nacional y Natural de Sierra Nevada y la Consejería de Medio Ambiente hacían constar que las pistas fueron balizadas -el fin de semana del 21 y 22 del pasado febrero- sin solicitud de autorización, autorización que en cualquier caso no era posible otorgar dado que esa nueva superficie esquiable constituiría una infraestructura “no ligada a la gestión” y ubicada en los límites del Parque Nacional de Sierra Nevada.

El informe técnico no detectó perjuicio porque la actuación incidió “exclusivamente” sobre el manto de nieve existente, por lo que no hubo indicio de afección “al suelo, a su topografía, a la flora o a la fauna”. De hecho, Cetursa ordenó la retirada “inmediata” del balizamiento y el cierre de estas pistas porque ni fueron conscientes, ni tuvieron intención de transgredir los límites del Parque Nacional.

El II Plan de Desarrollo Sostenible de Doñana será una realidad a finales de este año

Un ejemplo de la conjunción entre naturaleza y sociedad se encuentran en los planes de desarrollo sostenible, especialmente los de los parques nacionales y muy particularmente en Doñana. Su efectividad se verá traducido, a finales de este año, en el II Plan de Desarrollo Sostenible (PDS) de Doñana, que, según la consejera de Medio Ambiente, Cinta Castillo, ya cuenta con un documento marco y “será realidad a finales de año, con una operatividad trianual, que en su primera fase alcanzará hasta 2011”. Entre las principales actuaciones que vertebrarán el nuevo Plan destaca la potenciación de la agricultura y el turismo sostenibles, como fuentes para la generación de empleo y rentas entre la población de la comarca. Según Castillo, “se potenciarán acciones conjuntas para mejorar la oferta turística, incrementar las visitas y generar un tejido empresarial fuerte ligado a las actividades ecoturísticas”.

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