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El arbolito que sobrevivió a las rebajas de enero

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Los tardonavideños no hemos quitado aún el arbolito del salón. Nos pueden la nostalgia y la pereza, a partes iguales. Qué diantres. Prolongar la presencia iconográfica de la Navidad en casa es también la única opción que baraja Mariano Rajoy para conservar la esperanza, la fe, en ser reelegido presidente, aunque sea en periodo de  rebajas, sumando solo a Ciudadanos, y contando con la abstención ‘responsable’ del PSOE, o el clavo ardiendo catalanista de JuntsPel Sí y la CUP para investir, en primera votación, al límite del tiempo legal, hoy, a un presidente catalán independentista, de CiU, el alcalde Girona, Carles Puigdemont, en lugar del que hasta ahora era su jefe de filas, el denostado Artus Mas, borrado del mapa en el transcurso de la negociación, condición irrenunciable de la anticapitalista, independentista, decisiva, CUP.


Un belén secesionista, adonde abunden caganers españolistas, escandalizados por la inminencia de una consulta soberanista, atenazados por la posibilidad cierta del “España se rompe”. El referendo sobre la independencia de Catalunya. Vade retro. La madre de todas las batallas. El gobierno alternativo, de coalición progresista, a la portuguesa, que propugna el alicaído líder socialista Pedro Sánchez, ante el ruido de sables de sus barones, el aparente desdén de Podemos, el entusiasmo de la minúscula IU y el respaldo no menos interesado de la ERC, Esquerra Catalana, sumaría más que el ‘no’ garantizado, en bloque, de PP y C’s. Si el resto se abstuviera, Sánchez se convertiría en presidente. Cualquier escenario probabilístico de la izquierda, esto es, pasaría antes por las dos intentonas, a la desesperada, del candidato de la primera fuerza electoral del ‘20D’, el PP del presidente en funciones Rajoy Brey, en pos de ser investido, de nuevo, siquiera fuese en segundas o terceras rebajas. Un Rajoy, tirando de VISA, exigencia del IBEX 35, transfigurado –quizá- en Soraya Sáenz de Santamaría… Si dos no se engañan, mal pueden tener desengaños… El amor a la medida, digo, del que hablan las ‘Rebajas de enero’ de Sabina.


Pero esta repetida cuesta de enero, aligerada por viento de espalda y llovizna, a la altura de la Carrera, camino de la Catedral, aventura un tiempo de cambios en la política de andar por casa, ya me entienden, de Jaén a Sevilla. Susana Díaz seguirá pujando fuerte por el liderazgo en el PSOE federal, le dé tiempo –o no-a ser la próxima aspirante a Moncloa de los socialistas. Desde la Diputación, o desde la sede de la calle Hurtado, el momento se interpreta como oportunidad para posicionarse privilegiadamente en un cercano vodevil político andaluz, postsusanista, con Díaz en Madrid, un presidente/presidenta de la Junta de nuevo cuño, otro Gobierno, otra Ejecutiva, otra estructura orgánica, y un PSOE jienense en edad de merecer: el Estilo Jaén del que alardean las huestes de Paco Reyes, aireando comparativas de voto en el contexto estatal, desde los tiempos de Gaspar Zarrías.


El papel y la presencia del PSOE de Jaén en la cúspide de la Junta, en los albores de 2016. La hora de que Reyes hable en primera persona, en nombre propio y de la potentada agrupación provincial de Jaén, a propósito de una compleja colmena gubernamental donde descollarán las ambiciones del conserje Jiménez Barrios, la tecnócrata María Jesús Montero, el turístico Javier Fernández, o el ángel caído Mario Jiménez, medio paisano desde que emparentó con la cazorleña Rosa Ríos. Los equilibrios territoriales y los servicios prestados hasta la fecha a la causa de Susana Díaz rentarán en la proyección de Paco Reyes en ese emergente universo de poder a la vera del Betis. Por eso, hoy, el pedrosanchismo no está de moda en Jaén, atraviesa una de sus peores etapas de popularidad, ha desaparecido de los álbumes de fotos en los perfiles de facebook y twitter de la dirigencia psoístajaenita. Que Sánchez Castejón siga mandando en Ferraz mantendría a Díaz Pacheco en San Telmo, y el Estilo Jaén tendría que conformarse, sine die, con su menoscabada ascendencia actual en los entresijos de poder de Andalucía. Otro virreinato, en ciernes, es decir, en Sevilla.


El Estilo Jaén, en un tablero de gobiernos solo hipotéticos, de coaliciones y parejas todavía enredadas en el tris de quitar del salón, ya, o no, un árbol de Navidad imposible, que se resiste a sucumbir, a que lo arrinconen en el olvido durante meses; a la inexorabilidad de este lunes de rebajas, 11 de enero, de prisas viejas y prestadas.

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