La totalidad de los vecinos del número 9 de la calle Marinero en Tierra tuvieron que ser desalojados de sus viviendas sobre las 16.15 horas como consecuencia de una deflagración producida en el piso 12 D y que provocó que la única persona que en ese momento se encontraba en el piso, un hombre identificado con las iniciales J.M.G.R., de 49 años, tuviera que ser rescatada por los bomberos con síntomas de intoxicación por inhalación de humo. Además, una vecina tuvo que ser trasladada a un centro hospitalario afectada también por el humo.
Según ha informado la Policía Local, el herido se encontraba en su domicilio, acompañado por una mujer y el hijo de ésta, a quienes aconsejó que abandonasen el domicilio.
Añadieron también que la mujer y el menor abandonaron la casa y tras esto, el sujeto supuestamente abrió la llave de paso del gas de una bombona de butano forzando una explosión que ocasiona un incendio en la vivienda, con la caída de cristales a la calle provocando el desalojo por seguridad de las 48 viviendas del inmueble.
Según efectivos del Consorcio Provincial de Bomberos que participaron en la extinción del incendio, la vivienda quedó totalmente afectada por el fuego, a excepción de la habitación en la que se había encerrado.
Vecinos del inmueble señalaron que el supuesto autor de la explosión había anunciado durante la semana lo que iba a hacer.
Tras producirse la explosión, algunas personas empezaron a desalojar sus viviendas escaleras abajo, avisando al resto de los vecinos. Muchos de los inquilinos tenían familiares con minusvalías que requirieron ayuda de agentes de la Policía Local para poder llegar hasta la calle.
Un vecino de la planta 11, subió hasta la puerta de 12 D con intención de comprobar si había alguien herido en la vivienda golpeando la puerta con intención de abrirla, sin conseguirlo.
Con la ayuda de un Policía Local lograron hacer un agujero. Aunque no fue hasta la llegada de los bomberos cuando se pudo acceder al interior de la vivienda irígen de incendio.
Tanto la Policía Local como los bomberos que participaron en la extinción dictaminaron que no se habían producido problemas estructurales en el resto de las viviendas por lo que los vecinos volvieron a sus casas tras una hora y media fuera de las mismas, a excepción de la vivienda situada justo debajo de la siniestrada.
Tras el rescate del supuesto suicida se produjo un intento de agresión por parte de los vecinos congregados fuera del edificio que motivó la intermediación de la Policía Local para impedir dicha agresión.
Tras procurar la atención médica al sujeto, agentes de la Policía Nacional lo trasladaron a Comisaría para tomarle declaración por un supuesto delito de imprudencia grave.