El tiempo en: Vélez-Málaga
Publicidad Ai
Publicidad Ai

Curioso Empedernido

Impulsos y realidades

A veces la emoción, bien sea una pena o una alegría, como dice la canción, nos nubla la razón

Publicado: 22/02/2018 ·
12:32
· Actualizado: 22/02/2018 · 12:32
Publicidad Ai Publicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai Publicidad AiPublicidad Ai
Autor

Juan Antonio Palacios

Juan Antonio Palacios es observador de la conducta humana, analista de la realidad y creador de personajes literarios

Curioso Empedernido

Curioso empedernido. Curioso de las tres pes, por psicología, la política y el periodismo, y alérgico a las fronteras y murallas

VISITAR BLOG

En nuestras vidas hay muchas maneras de concebir un impulso, en sentido positivo o negativo, pero casi siempre cuando hablamos de los mismos, lo estamos haciendo de la tendencia a realizar una acción por una necesidad insatisfecha, y que normalmente podemos controlar, pero podemos dejar de hacerlo en cuanto entramos en contacto con la realidad.

A veces toman la forma de fijaciones u obsesiones, como aquellos que están las veinticuatro horas del día pendientes de su imagen y terminan tan ciegos, que los árboles les impiden ver el bosque, y se sienten tan angustiados que dejan de ser personas para convertirse en objetos.

O aquellos otros que no pasan ni un solo segundo sin que su móvil les controle, y reciben miles de mensajes sobre las mayores chorradas  y están más pendientes de contar lo que les pasa y colocarlo en las redes sociales  que de vivirlo. 
Entre nuestros impulsos y realidades, aprendemos que las cosas mágicas y maravillosas son fugaces y breves, sino no serían tales. Muchas veces mantenemos una competición con nosotros mismos y pensamos que se podían hacer las cosas más rápido.

A veces la emoción, bien sea una pena o una alegría, como dice la canción, nos nubla la razón, y nos movemos entre el optimismo ingenuo y contagioso y el catastrofismo tóxico y perjudicial. Ese contraste en ocasiones nos mantiene en el problema y en otras nos proporciona la solución.

Pero entre nuestros impulsos y las realidades, casi siempre hay posibilidades para iluminar la mayor de las oscuridades y alcanzar nuestros destinos por muy imposibles que nos parezcan, y entre aceleraciones y parones, transformaciones y evoluciones vamos saliendo del callejón sin salida en el que nos habíamos metido.

Los cambios y las metamorfosis  las provocan innovadores y pioneros, sin odiseas ni epopeyas, pero como buenos músicos, con las partituras, instrumentos y batutas muy claros., evitando pisotones y empujones, sin presumir de los atractivos pero poniendo en valor las fealdades.

Vamos escribiendo nuestras historias a base de impulsos, entre despegues y aterrizajes, promesas  y desalientos, alzas y bajas, retos y oportunidades, timbales y tambores, formulas ganadoras de líderes perdedores, derechos que nos quitan y objetivos que no alcanzamos.
No podemos perder el tiempo ni la energía en discusiones y dispersiones inútiles y sin sentido .Los conflictos y las peleas solo nos provocan sentimientos de frustración,  y cuando nada podemos hacer, resulta tedioso y aburrido persistir en el error.

Si nos fijamos, hoy en día, dependemos de internet para todo, individual y colectivamente. No hay cosas que hagamos como sujeto o gestión que tengamos que realizar en una institución o entidad privada, que no pase por introducir nuestros datos en el ordenador de turno.

Hemos de saber distinguir entre gestos y provocaciones, largos e intensos recorridos, esfuerzos y sacrificios, recomendaciones y sugerencias, advertencias y avisos, asesoramientos e indicaciones, amarguras y desgracias, cautelas y prudencias.

Es mejor tomar la vida como nos venga, sin preocupaciones, tensiones y estrés, para que todas las piezas del puzle vayan encajando, de manera fluida, fácil y relajada, sin tretas ni trucos y sabiendo disfrutar con todas sus consecuencias.    
           

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN