El Xerez tiró por la borda la racha de tres encuentros sin perder que llevaba hasta plantarse en un Heliodoro en el que, otra vez, como ocurriera el curso pasado, perdió ante el Tenerife. Los de Ziganda salieron con la empanada canaria a cuestas. El calor, la humedad, el horario, o lo que se quiera utilizar como excusa, pero lo que está claro es que los azulinos, ayer de naranja, no estuvieron nada finos.
El equipo salió a defender, a atrincherarse atrás, donde fueron acumulando hombres y hombres hasta el punto de que todos los del Xerez corrían siempre detrás de un balón que tenía en su poder el Tenerife. Las ocasiones las iba poniendo el cuadro chicharrero, mientras que el Xerez seguía a lo suyo, defendiéndose y viendo al rival cómo manejaba los tiempos del encuentro.
A los de Ziganda el balón les achicharraba. Daban dos pases y se quemaban, lo perdían con suma rapidez. No lograban trenzar acciones colectivas. Arriba, como en anteriores ocasiones, Mario Bermejo era una minúscula isla en Tenerife. Otra vez le tocó pelearse en solitario contra la defensa rival, que apenas tuvo que intervenir ya que al cántabro no le llegaban balones claros. Carlos Calvo, que era el único que estaba para acompañar a Mario, tampoco pudo entrar mucho en acción. Corrió y corrió sin recompensa alguna. El trivote compuesto por Bergantiños, Viqueira y Moreno tampoco entró en acción. La pelota era del equipo de Oltra y tocaba defender. Desde las trincheras, el Xerez no conseguía salir a la contra. Y con tirachinas es muy difícil ganar las batallas en Primera División. Nino se encargó de dar un primer aviso en el minuto 18, con un lanzamiento que obligó a Renan a despejar a córner.
El Tenerife apuntaba una y otra vez al meta brasileño, pero afortunadamente los de Oltra no estuvieron muy inspirados en el remate. De haber tenido un poco de suerte, la cosa hubiera pintado aún peor para un Xerez que en el minuto 36 descubrió que en la otra meta estaba Sergio Aragoneses, que atajó sin problemas un centro de Armenteros.
Los azulinos, tras una primera mitad mala de solemnidad, llegaron vivos al descanso. A los cuatro de la reanudación, Nino primero, y Román Martínez después, metieron el miedo en el cuerpo al conjunto xerecista. Armenteros, en la segunda acción, tuvo que sacar bajo palos el que pudo haber sido el primer gol del Tenerife. Dos minutos más tarde, Nino toca una asistencia desde la derecha que a punto estuvo de acabar en el fondo de la portería de Renan.
En el diez de la segunda, Orellana remplazó a Carlos Calvo, y el Xerez se animaba un poco. El chileno debutaba de esta forma con la elástica azulina en Primera, pero tampoco pudo mostrar mucho. La pequeña reacción del conjunto de Ziganda fue un claro espejismo. El equipo seguía sin control, sin chispa, sin profundidad, sin pegada. Tal vez tenía un poco más la pelota y se dejaba ver alguna que otra vez ante las proximidades de Sergio Aragoneses, pero no había mucha sensación de peligro.
Mario Bermejo, en el minuto 66, protagonizaría la ocasión, casi única, más clara del Xerez. El delantero cántabro disparó con potencia a un Sergio Aragoneses que logró quitarse el balón como pudo. El atacante azulino probó suerte un minuto después con un lanzamiento que salió fuera.
Tras estas acciones, el Xerez no volvería a verse, por decir algo porque las apariciones arriba fueron escasas, en ataque. El Tenerife tomó otra vez el control del partido y en una de sus acciones ofensivas logró el único tanto del partido por mediación de Alejandro Alfaro, autor también el curso pasado del primero de los dos goles que le marcó el cuadro insular al Xerez. Omar centró desde la izquierda y Alfaro remató con la testa sin encontrar la oposición de ninguno de los defensores azulinos.
El tanto no dejó ninguna reacción en el conjunto xerecista, que no encontró en ningún momento la forma de estirar sus líneas y buscar el empate. Estuvo más cerca el segundo del Tenerife que la igualada. La racha del Xerez quedó truncada en el Heliodoro.