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Barbate

El mejor escenario para un tablero complicado

Barbate ha vivido desde 1978 distintos tipos de gobierno municipales: los de súper mayoría absoluta, verdaderos reinos taifas, y los de mayorías relativas...

Publicado: 12/05/2023 ·
17:54
· Actualizado: 13/05/2023 · 09:18
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  • Imagen de Barbate. -

Hablar de política en Barbate debería servir no solo para que cada grupo político intente vender su mejor imagen y capacidad, sino para, y fundamentalmente, presentar un diagnóstico de la situación y aportar las soluciones para los problemas que nos aquejan.

Sin embargo, en mi caso, y como ciudadano de a pie, no cuento con todos los datos; y por ello, no voy a entrar en precisar qué se debería hacer, sino más bien mi reflexión gira en torno a cómo se debería hacer. Para ello, creo que, en primer lugar, es necesario situarse en el tablero.

Barbate ha vivido desde 1978 distintos tipos de gobierno municipales: los de súper mayoría absoluta, verdaderos reinos taifas, y los de mayorías relativas, en los que, al menos, se intentaba ejercer control de fiscalización a quienes desde el gobierno municipal tenían la responsabilidad de tomar las medidas necesarias y oportunas para la solución de los problemas del pueblo. A la vista de la situación actual, cabría aceptar que unos y otros no sirvieron para abordar los distintos problemas endémicos.


El diagnóstico de la situación es fácil de determinar. Todo arranca desde hace más de cuatro décadas, cuando el pueblo sufre paulatinamente el desmantelamiento de su sector productivo principal: la pesca. La pérdida de puestos de trabajo fue exponencial, a cambio prácticamente de nada, a excepción de ese polígono fantasma que el PP vendió para seguir en el gobierno y que, a día de hoy, es una ínfima parte de lo que debería haber sido en la economía local.

Junto a esto, un gran territorio ocupado: un campo de adiestramiento que va más allá de las fronteras nacionales. Recordemos que, últimamente, incluso soldados ucranianos se han estado entrenando en él, como informaban los medios de comunicación. Un campo de entrenamiento que, para instalarlo, allá por los primeros gobiernos de la UCD, se argumentó que Barbate contaría con una presencia militar continua, lo que supondría una serie de repercusiones positivas en la economía local, algo que no fue así y tan solo quedó en un campo de adiestramiento usado no solo por las fuerzas armadas españolas sino también por contingentes internacionales incluidos en la OTAN. Un campo de adiestramiento que a diferencia de otros lugares de España no deja una repercusión económica en forma de compensación para el municipio.

Si le unimos un potencial ecológico (aún sin explotar), con un parque natural de la Breña y Marismas que debería ser la joya de la corona como atractivo turístico junto con las playas vírgenes que ofrece el litoral barbateño, la ecuación está servida. Todo ello, sin duda, fruto de una incapacidad colectiva de afrontar un desarrollo mínimamente ordenado en esa zona u en otras del municipio

A estas variables se podrían sumar otras muchas como la abultada deuda local, o lo que es lo mismo: la ruina de la hacienda municipal, básicamente por una política de personal que siembra dudas independientemente de quien la haya realizado, etc., …

Pero ¿cómo hacer frente a estos problemas que se definen como estructurales y no coyunturales y que,por lo tanto, están presentes en los gobiernos de todas las corporaciones, independientemente de las siglas políticas?

Varias premisas, por muy conocidas que sean, deberían ser parte fundamental para quienes en el escenario de la nueva corporación intenten dar solución a estos problemas. Premisas que hacen referencia más al cómo gobernar y no tanto a quién gobierna (aunque, obviamente ese cómo está determinado por quién lo hace).

La primera debería ser la de la transparencia. El pueblo ha de ser conocedor de cuál es la situación real del municipio: sus características, sus oportunidades y amenazas, sus fortalezas y debilidades, …Se requiere, por tanto, que en esta nueva legislatura todos los grupos que consiguieran representación en el ayuntamiento realizaran un diagnóstico en colaboración con técnicos que permitieran marcar una línea de intervención clara y coherente a medio y largo plazo, independientemente de qué gobierno entre ejercer el poder

Se requiere también aceptar que la participación ciudadana no puede quedar reducida a momentos puntuales o para engrandecer los festejos, y que debe ir más allá: debe de indicarse en el día a día del pueblo, debe de ser una realidad que, aunque sin duda más trabajosa sentará las bases de una sociedad cohesionada y con un objetivo común. Debería haber quedado demostrado ya que, ni con 21 concejales de los 21 que se sientan en el salón de pleno, ningún grupo político será capaz de sacar adelante a Barbate si no es con la participación, implicación y colaboración de toda la sociedad civil.

Y, por supuesto, dentro de cómo hacerlo debería haber una premisa indiscutible. Y es que, se debería hacer con miras de futuro, no a corto plazo, no para satisfacer el estómago de unos cuantos agradecidos o dar cumplimiento a unas cuantas promesas electorales.

Barbate necesita tener en su objetivo el principio de la sostenibilidad tanto social como medioambiental para diseñar un futuro de progreso que realmente llegue a la mayor parte del pueblo. No hace falta decir que, en nuestro pueblo, como hemos visto, para algunaspersonas cuanto peor le ha ido al pueblo, mejor parece haberles ido a ellos. No hace falta parodiar a Rajoy para entender que el deterioro del pueblo no ha sido en general, sino que ha afectado a determinados sectores más que a otros.

Por tanto, el tablero político actual donde varias opciones, de manera clara, se van a disputar la alcaldíadebería dar paso a una nueva forma de cómo gobernar el pueblo, debería dar a entender que solamente el consenso y la unidad de acción en torno a grandes ejes de la política podrán cambiar la situación del municipio a medio o largo plazo. Lo demás, podrá volver a ser lo mismo de siempre. Pero mucho me temo que la venganza, venga por donde venga, se servirá fría.

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