En una compleja trama que involucra negocios, telecomunicaciones y estrategias geopolíticas,
Arabia Saudí parece estar usando su influencia económica para influir en decisiones empresariales en España. La conexión entre un
pendiente contrato naval de 2.000 millones de euros con Navantia y la entrada del grupo saudí de telecomunicaciones STC en Telefónica suscita muchas preguntas. La situación se produce un día después de afirmar el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, que el Gobierno
no tiene prevista ninguna reunión bilateral con Arabia Saudí para tratar la entrada de la compañía de telecomunicaciones STC en Telefónica como primer accionista, con una participación del 9,9 %.
Según publica el diario El Mundo, un portavoz de Navantia admitió que el "encargo en firme" aún no se ha concretado, aunque señaló:
"Las conversaciones técnicas continúan en el marco del MoU (Memorando de Entendimiento)." Las partes llevan diez meses discutiendo este acuerdo, que es crucial para Navantia, tanto en su plan estratégico como en términos de empleo.
La entrada de Arabia Saudí en este escenario se produce en un momento especialmente delicado, pues el Gobierno español
debe decidir si concede permiso a STC para adquirir hasta un 9,9% del capital de Telefónica. La situación se torna más turbia debido a que
Khaled bin Hussein Al-Bayari, viceministro de Defensa de Arabia Saudí, es la figura clave en ambas transacciones. No sólo firmó en persona el MoU con Navantia, sino que también es un miembro destacado del consejo de administración de STC Group. Su influencia en estos dos ámbitos pone de manifiesto cómo el poder en Arabia Saudí se concentra en un pequeño grupo de individuos.
La situación se complica aún más dado que Margarita Robles, la ministra de Defensa que debe autorizar la entrada de los saudíes en Telefónica, tiene un plazo de tres meses para hacerlo,
coincidiendo con el tiempo que Navantia necesita para confirmar el contrato con Arabia Saudí. Para Pedro Sánchez, presidente del Gobierno en funciones, y Reyes Maroto, entonces ministra de Industria, el contrato con Arabia Saudí es fundamental. Ambos han defendido públicamente que este acuerdo es vital para
"la incorporación de 1.500 trabajadores a la deficitaria empresa pública" y podría estimar en 2.000 millones de euros, según declaraciones de Roberto Domínguez, presidente de Navantia.
Pero el tema trasciende a la política nacional. Yolanda Díaz, ministra de Trabajo en funciones, y el partido Sumar han pedido que
se limite la participación saudí en Telefónica a no más del 5%, proponiendo que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) se convierta en el primer accionista. Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, ha criticado la falta de transparencia del Gobierno. "Que el Gobierno no se entere y que no conozca un hecho trascendente en empresas estratégicas de nuestro país, me preocupa", afirmó.
Navantia asegura que sigue negociando
Navantia asegura que continúa negociando con el Gobierno de Arabia Saudí para formalizar un contrato, cuyo importe podría rondar los 2.000 millones de euros, para ejecutar cinco corbetas y descarta que el reino árabe haya paralizado el proyecto, pactado hace casi un año, tras conocerse la posible entrada del grupo STC en Telefónica.
Fuentes de la firma naval pública han confirmado este viernes a EFE que prosiguen "las conversaciones técnicas bajo el MoU -memorando de entendimiento- firmado" entre las partes a finales de noviembre de 2022. Ambas partes aspiraban a cerrar todos los detalles durante este 2023.
La rúbrica del memorando, celebrada en Riad, contó con la presencia del presidente de Navantia, Ricardo Domínguez, y de Reyes Maroto, por entonces ministra de Industria, como también del ministro saudí de Defensa y su viceministro, entre otras autoridades.
Tras la confirmación de la posible incorporación de STC a Telefónica, el Ejecutivo español ha detallado, a través de la vicepresidenta económica Nadia Calviño, que está analizando "todos los factores" en torno a la operación.
Consultado por EFE, el Ministerio de Industria se remite a los detalles que ofrezca a Navantia, al tiempo que la ministra de Defensa, Margarita Robles, igualmente ha emplazado a preguntar a la empresa y ha asegurado que no le consta que Arabia Saudí haya retenido el encargo a la empresa española.
"No me consta ni creo que tenga absolutamente nada que ver con eso (la irrupción del grupo saudí en Telefónica), ha dicho Robles.
En cualquier caso, ha dejado claro que "el Gobierno español nunca aceptaría ningún tipo de intercambio en ese sentido"