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Cádiz

“Hemos adelantado dos nóminas y ya no podemos más”

Cuando la crisis aprieta y la ayuda escasea, cuadrar las cuentas se convierte en una auténtica obra de ingeniería. Ése es el mes a mes de Afanas. Según su presidente,Anselmo Torrecilla, "en los 48 años de vida de la entidad, no se ha conocido una situación dan dramática”

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  • Anselmo Torrecilla, presidente de AFANAS Cádiz. -

Anselmo Torrecilla es, desde febrero de este año, el nuevo presidente de Afanas Cádiz. Asumió las riendas de la entidad en un momento muy complejo, de hecho, asegura que la situación actual de Afanas es la más difícil de su historia, como consecuencia de los impagos de la Junta de Andalucía, las deudas pendientes y la dureza de la crisis. La alta tasa de desempleo está provocando que muchos padres saquen a sus hijos del centro para percibir la pensión íntegra. 

—¿Cuál es la situación actual de este centro?
—A nivel formativo estamos bien, porque contamos con un personal con mucha experiencia y con el apoyo de algunas organizaciones como el Colegio de Enfermería de Cádiz que va a impartir cursos de primeros auxilios para que sepamos actuar en situaciones complicadas. Desde el punto de vista económico, la situación es más delicada, porque nosotros podemos sobrevivir gracias a una serie de ayudas que deberíamos  percibir de la Junta de Andalucía y que nos están llegando tarde y mal. A esto hay que sumar que arrastramos deudas de juntas directivas anteriores que nos han dejado en una situación aún más difícil. Tenemos abiertos expedientes de embargo con la Seguridad Social y Hacienda por impago, pero hemos conseguido llegar a un acuerdo con ellos para ir pagando de forma fraccionada. Eso sí, no nos podemos saltar ni un sólo mes, y eso conlleva que tenemos que asumir los gastos del mes en curso y la parte proporcional de la deuda. Debemos a los proveedores, y a los trabajadores les adeudamos una parte de la paga extra de junio y los meses de octubre y noviembre, porque hasta que la Junta de Andalucía no nos pague nosotros no podemos abonar las nóminas y la Administración autonómica nos debe desde del mes de julio. Es decir, que he adelantado dos nóminas, pero no tenemos capacidad para más. Hace un mes nos entregaron la auditoría de 2011 y según la persona encarga de hacerla no sabe cómo, un año después, seguimos adelante con nuestra actividad.

—¿Qué van a hacer para reivindicar esa deuda?
—Hace dos semanas nos reunimos todas las asociaciones provinciales de Andalucía en la sede de la federación regional en Sevilla para estudiar cómo podemos conseguir que la Administración nos atienda y que haga una programación de los pagos. El pasado jueves nos manifestamos en las capitales de provincia y el próximo 3 de diciembre lo haremos conjuntamente en Sevilla, coincidiendo con el Día del Discapacitado.

—¿Cuántas profesionales trabajan aquí?
—La plantilla está formada por 140 personas.

—¿Y cómo consiguen salir adelante dadas las circunstancias?
—Eso nos preguntamos nosotros. Sobrevivimos a trancas y barrancas con las peticiones que hacemos a las entidades y organismos, con las ayudas que recibimos tarde y mal de la Junta, y organizando eventos con los que podamos sacar algo.

—¿A cuántas personas atienden?
—Entre este centro y las depedencias que tenemos para Atención Temprana en el local que nos cedió el Ayuntamiento en el edificio de Asuntos Sociales de Rossi atendemos a unas 400 personas. Podríamos dar servicio a más gente porque hicimos la obra de ampliación de nuestra residencia, pero la Junta no concierta más plazas por ahora. Así que tenemos una residencia con cabida para 12 personas que está prácticamente en desuso, a pesar de que todos los meses pagamos el dinero de las obras de ampliación. Lo peor es que hay gente que necesita esta residencia y que están ahí a la espera.

—¿Los gaditanos colaboran?
—Se ha dado una circunstancia que nos preocupa y que estamos intentando abordar. Antes existía aquí una figura que era la del Socio Protector, que son aquellas que quieren colaborar con nosotros con una aportación económica periódicamente. No sé qué ha pasado, que la figura ha desaparecido, y ahora la queremos recuperar.

—¿Se han planteado subir las cuotas a los familiares de los atendidos?
—Las personas a las que atendemos reciben una asignación mensual por parte de la Junta de Andalucía que sirve en parte para pagar los servicios que se ofrecen aquí. Aparte, las familias pagan una cuota y dadas las circunstancias ya nos parece bastante.

—¿Cuántos año lleva usted vinculado a Afanas?
—Antes de nacer mi primer hijo ya colaboraba. Cuando vino al mundo, un Jueves Santo de hace 38 años, hubo un problema en el parto que le dejó secuelas. Mi hijo ha sacado mi parte más humana y por eso no lo considero un castigo, sino todo lo contrario. Es lo que me da fuerza para seguir luchando y para meterme en este lío por segunda vez, porque yo ya fui presidente durante 12 años.

—¿Recuerda una racha tan mala como ésta en todos esos años?
—Hemos tenido problemas, y hemos estado ajustados muchas veces, pero una situación tan mala como ésta yo sinceramente no la recuerdo. Además, el desempleo está teniendo efectos directos en nuestro centro, en el sentido de que hay familias que están sacando a los niños de aquí, para quedarse con la pensión completa que da la Junta de Andalucía y así pueden ir tirando. Esto es un problema para el discapacitado porque por muy bien que lo cuiden sus familiares, se pierden las terapias y los tratamientos personalizados en función de la enfermedad de cada alumno.

—¿Afanas corre peligro?
—Podremos sobrevivir si somos capaces de seguir afrontando el fraccionamiento con Hacienda y la Seguridad Social. Ésa es la prioridad, porque de lo contrario, nos embargan, cierran esto, y nos vamos todos a la calle.

—¿Qué proyectos tienen para 2013?
—Teníamos muchas ideas que no hemos podido poner en marcha por la situación económica que tenemos. No obstante, hemos preparado una carrera que será en marzo, hemos convocado un premio a la Innovación dirigido a nuestros trabajadores y vamos a seguir con los cursos de primeros auxilios y educación sexual que serán impartidos gracias al acuerdo alcanzado con el Colegio Oficial de Enfermería de Cádiz, que nos ha prestado colaboración desde el primer momento que nos pusimos en contacto con su presidente, Rafael Campos. También estamos preparando una obra de teatro con los niños que representaremos en La Lechera el 3 de diciembre por la tarde, gracias a la buena disposición del Ayuntamiento de Cádiz que nos ha cedido este sitio. Quiero agradecer la colaboración de la concejal de Asuntos Sociales, Carmen Sánchez, que se está volcando con nosotros.

—¿De la inserción laboral de las personas con discapacidad en estos momentos tan difíciles ni hablamos?
—Tenemos a una chica que está trabajando en la lavandería de la ONCE en Zona Franca y tenemos también el Centro Especial de Empleo con nueve discapacitados y dos monitores que se encargan de dirigir y controlarles el trabajo. La Administración regional también paga una parte de los sueldos de estas personas.

—¿Quiere lanzar algún mensaje a los gaditanos o a las instituciones?
—El 13 de diciembre, el día de Santa Lucía, patrona de la ONCE, presentaremos en el Palacio de Aramburu unos calendarios ilustrados con fotos de algunos de nuestros niños para recaudar fondos. Pasión Vega nos ha confirmado su asistencia como artista invitada. Toda la ayuda es poca en estos momentos tan duros.

—¿Por qué no hacen cuestaciones como Cruz Roja por ejemplo?
—Hubo un tiempo en que se hacían, pero decidimos eliminarlo porque consideramos que estos servicios son un derecho que tienen nuestros hijos como personas que son y que no tenemos que mendigar para ello. Nosotros luchamos porque se consideran personas. Lo de discapacidad se lo hemos puesto nosotros, para distinguirlos, opor lo que sea, pero desde que nace es una persona como las demás, con los derechos de cualquier español. Los centros ocupacionales surgen con ese espíritu y con el objetivo de darles una inyección moral para que se sientan satisfechos, motivados y útiles para la sociedad. Con ese objetivo también conseguimos la puesta en marcha de la famosa Lismi(Ley de Integración Social del Minusválido), de manera que cuando el disminuido cumple 18 años recibíen una pensión para sus gastos. De esta forma, ellos pueden afrontar sus gastos del día a día sin tener que pedírselo a los padres.

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