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Cádiz

"Las coplas de Carnaval, más que un periodismo cantado, son una fuente histórica"

El historiador Santiago Moreno acaba de publicar su último libro ‘Las coplas del Carnaval de Cádiz durante la Segunda República (1932-1936)

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  • El historiador Santiago Moreno. -
  • La obra recoge un estudio introductorio para acercar al lector al contexto y también una serie casi completa de los repertorios de las agrupaciones

El Carnaval quedó prohibido de manera definitiva por la dictadura franquista en 1939. Aunque en aquellas zonas como Cádiz que habían caído pronto en manos sublevadas, ya lo estaban desde 1937. Esta férrea prohibición se hizo totalmente efectiva hasta 1949 cuando, por distintos motivos, la ciudad pudo disfrutar de la que se llamó Fiesta de los Coros que más tarde adaptaría en nombre de Fiestas Típicas Gaditanas. Este año, después de siete décadas de celebración ininterrumpida, Cádiz vuelve a quedarse sin su fiesta más afamada. Casualidad o no, la Universidad de Cádiz acaba de publicar, a través del sello Editorial UCA, un nuevo libro titulado ‘Las coplas del Carnaval de Cádiz durante la Segunda República (1932-1936)’ cuyo autor es el historiador Santiago Moreno Tello. En el mismo, además de una cuidada edición y estudio introductorio, se ha recopilado casi el 90% de las coplas que se cantaron en aquellos años.  

Quienes participan en este tipo del Carnaval fueron hombres de clase social humilde, de clase obrera”

¿Qué se pretende con esta nueva publicación?

- El libro se enmarca dentro de la colección Fuentes para la Historia de Cádiz y su provincia que, desde hace años intenta recuperar textos históricos inéditos o difícil de encontrar para los historiadores e investigadores. El profesor Arturo Morgado, director de la colección, pretende abrir el formato de las fuentes a publicar y fijó su mirada en las coplas de Carnaval. Fue él quien me hizo este encargo que, finalmente, centramos en los años de la Segunda República. Principalmente por dos motivos, el primero que fueron cinco carnavales, por lo tanto es una época breve en el tiempo y sencilla de plasmar en un libro; el segundo que hasta ese momento, fueron los carnavales más libres que se habían vivido desde décadas atrás.

¿Quiénes formaban parte de las agrupaciones y cuáles fueron los principales autores?

- De manera mayoritaria, quienes participan en este tipo del Carnaval -hablamos de una fiesta que se sustenta en las agrupaciones y sus coplas-, fueron hombres de clase social humilde, de clase obrera. Esto venía siendo la norma desde el siglo XIX. Si debemos destacar a algunos de ellos concretamente no debemos dejar de citar a Manuel López Cañamaque, que en los años treinta está en su mejor época. Uno de sus “rivales” más directos era José Poce Gómez, más conocido como el Cojo Poce. Otros nombres a destacar por sus agrupaciones estos años fueron Manolo León y Juan Sevillano, ambos con coplas muy combativas, o el veterano José Suárez. 

¿Y sobre qué escribieron los autores de aquellos años?

- La República supuso para la fiesta del Carnaval un aldabonazo impresionante. Los últimos años de la dictadura de Miguel Primo fueron un tanto pésimos, pues en varios ocasiones se intentó coartar a los comparsistas. Por eso el nuevo Estado fue recibido con muchas coplas de alabanza y bienvenida. Conforme avancen los años las agrupaciones serán dignas fedetarias de lo que acontece en el país: actos anticlericales, sucesos de Casas Viejas, críticas al gobierno de derechas por la represión al pueblo asturiano en 1934, etc.

¿Cómo estaba organizado el Carnaval? ¿Había concurso?

- Los ayuntamientos republicanos los organizó mediante la Comisión de Festejos la cual, a sabiendas de la importancia que tenía la fiesta, año tras año, fue incrementando la partida presupuestaria dedicada a la misma. El Carnaval se articulaba mediante una serie de actividades y diversiones que venían siendo la norma desde el último tercio del siglo XIX. Lo que se va afianzar en estos años es el Concurso de Comparsas, celebrado en 1932 en el Teatro Cómico, y a partir de 1933 en el Teatro Municipal.

Al no celebrarse carnaval este año, ¿estamos perdiendo de alguna forma una parte de los testimonios orales que dejan las coplas de cara a investigaciones futuras?

- Siempre he defendido que las coplas de Carnaval, más que un periodismo cantado, son una fuente histórica de primera mano. Y prácticamente ningún pueblo o ciudad de España las tiene. Cádiz destaca como ningún otro municipio en este aspecto pues posee desde el último tercio del siglo XIX una historia paralela a la oficial. Y además escrita por las clases humildes por lo que su visión es muy distinta. Como bien dices, los historiadores del futuro, cuando estudien nuestra época tendrán que dar un salto. Y ahora mismo ni siquiera estamos en condiciones de afirmar hasta cuando. No habrá coplas, por lo que tendremos una fuente historiográfica menos en el que apoyar los estudios. Una verdadera lástima.

La UCA acaba de publicar este libro sobre Carnaval, ¿cuál es el estado de dichas investigaciones en esta universidad?

- El estado de las investigaciones respecto al Carnaval ha cambiado mucho en las últimas dos décadas. La producción de trabajos que usan las coplas o, que de alguna manera, tratan la fiesta se ha multiplicado. De hecho Alberto Ramos y un buen equipo de especialistas, estamos trabajando en la Cátedra del Carnaval. No obstante, no es suficiente. Si miramos el número de trabajos fin de grado, de másters o tesis doctorales que se hacen en las universidades españolas referentes al Carnaval, Cádiz no está entre las primeras, cuando debería serlo. Necesitamos más apoyo institucional. La UCA debe ser la universidad referente respecto a estos estudios. 

 
Libro Interactivo
Alrededor de trescientas páginas del libro se dedican a mostrar las coplas de los carnavales entre 1932 y 1936. Sin embargo una de las novedades más interesantes que posee la obra son unos códigos QR que se han incluido justo a lado de la transcripción de cada copla que, alguna vez, fue grabado. Moreno Tello indica que son más de ochenta coplas las que la llevan: tangos, pasodobles, cuplés, himnos, etc, que a través de nuestros móviles podemos escuchar a la vez que leemos el libro.

 

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