El alcalde de Cádiz, José María González, Kichi, en sus redes sociales, rindió homenaje este miércoles, 14 de abril, a la Segunda República, al cumplirse 90 de su proclamación. El regidor recordó que “si bien tuvo sombras, aquí mismo en Casas Viejas puedan dar cuenta de ello, fue sin duda el periodo más democrático, igualitario y justo”.
Una Segunda República que “fue arrebatada a la ciudadanía por un Golpe de Estado. Una Segunda República sobre la que echaron tierra encima, tergiversaron su historia, enterraron los derechos conquistados, la dignidad reconocida, la libertad y las reformas que simplemente buscaban que los privilegios fueran menos y la justicia social un poco más”.
El primer edil gaditano señala que “se cumplen 90 años y, sin olvidar la memoria y el pasado, es momento de hablar de la República en términos de futuro y no como una anécdota de antaño. Porque sólo el pueblo debe elegir el futuro del pueblo. Porque ya está bien de que traten a la gente como un sujeto pasivo, inmaduro e incapaz de decidir su modelo de Estado. Porque hay debates que no pueden negarse más, que queman y arden enterrados en un baúl con candados y cadenas que huele a naftalina”.
Por ello aboga por “un derecho tan básico y lógico como elegir democráticamente nuestro Jefe de Estado. Una idea tan radical y sencilla como que la mayor representación no sea por linaje y sangre, sino por elección de la gente. Ser hijo de alguien no puede convertirse en el único requisito para encabezar un Estado. Suena descabellado hasta escribirlo”.
Y no es sólo porque "se haya demostrado que la Monarquía es un régimen chanchullero, deshonesto, pervertido y perverso que usa sus privilegios para enriquecerse. Y no es sólo porque la familia que la represente se encuentre envuelta en numerosos casos de corrupción. Y no sólo por los escándalos que se suceden y nunca acaban. No sólo por eso. Aunque sus miembros fueran ejemplares en sus comportamientos, seguiríamos exigiendo y empujando por la República. Tenemos una razón muy sencilla para hacerlo que puede más que todas las que se sitúan en contra: elegir a la máxima autoridad se trata de un derecho irrenunciable y, sobre todo, inaplazable”.
Tras este razonamiento José María González concluye diciendo que “porque vivamos algún día en una Democracia plena, porque nuestro jefatura de Estado sea elegida por todos y todas y no tenga sus raíces en una ley de sucesión impuesta por un dictador en 1969. Por los debate que nos arrebataron. Por abrir las ventanas y los cajones. Por el presente y por el futuro. Salud y República”.