Los concejales socialistas, Miguel Tornay y Gema Arceiz, han realizado una visita en la mañana de ayer a la A.V Puerto Marino de las 104 viviendas para conocer de mano de los vecinos y de su presidente, Francisco Cerván, sus principales demandas.
Los miembros del grupo municipal han podido comprobar el magnífico trabajo que han realizado en la Plaza Luna, donde han adecentado las zonas ajardinadas y pintado los bordillos ante la dejación del gobierno municipal. Son los propios ciudadanos, además, los que riegan, cortan el césped, barren y mantienen limpia la plaza, que presenta un aspecto cuidado en ese sentido pero no en otros.
El presidente se queja de que no solo han tenido que comprar la pintura y hacer el trabajo de los operarios municipales sino que también han comprado mangueras de riego, conexiones a la red y una máquina cortacésped aportando cada uno según sus posibilidades económicas. Una actitud cívica y responsable que merece nuestro reconocimiento y felicitación de nuevo. Pero al alcalde y su equipo no les parece suficiente el gesto y el esfuerzo de estos linenses que tienen que cubrir la inoperancia municipal porque no son capaces de corresponderles y ayudarles en algo muy básico que piden y a lo que se comprometió el propio alcalde hace ya un año: ponerles el riego con aspersores a las zonas de jardines y darles algunas cajas de césped para las partes que aún tienen arena.
Según palabras del propio presidente de la asociación, Franco les prometió el riego en noviembre del año pasado, hace casi un año ya y todavía lo están esperando. La sensación de haber sido engañados se une a la decepción de que no les contestan a sus escritos y ni siquiera les cogen el teléfono cuando llama al concejal de limpieza y jardines, Juan Macías.
A parte de esto Tornay y Arceiz pudieron comprobar el mal estado de otros elementos urbanos como la ausencia de muchas arquetas que han sido sustituidas simplemente por hormigón, el deterioro de los monolitos donde están instalados los contadores de agua, las bocas de riego, sin llave de paso, que requiere del uso de alicates o herramientas por parte de los vecinos, para abrirlas cuando conectan sus propias mangueras y la basura que se acumula en las calles de los alrededores donde, al parecer, el barrendero que cubre esa zona no muestra ningún interés por recoger ni hay ningún encargado que se lo exija.
Tornay constata así que se repite la misma historia cada vez que visita una barriada: abandono, suciedad, deterioro y quejas de los vecinos por la inoperancia de los responsables municipales. Cada día se pone de manifiesto de forma más clara que ni el alcalde ni sus concejales consideran la atención a los ciudadanos en sus barrios un objetivo de su gestión, ni mucho menos una prioridad municipal. Ya hace tiempo que pasaron los dieciocho meses famosos a partir de los cuales todo iba a empezar a mejorar, según Franco. Sería para otros vecinos, para los de las barriadas está claro que no.