Un gol de Cesc Fàbregas, en el minuto 84, permitió al Barcelona solventar un partido gris y jugado con poca intensidad ante el Levante (1-0), un encuentro en el que los de Tito Vilanova tenían en mente el encuentro del próximo martes ante el Bayern de Múnich en la ida de las semifinales de la Champions.
La victoria permite a los barcelonistas mirar mucho más cerca la consecución del título. En realidad, un tropiezo del Real Madrid la próxima semana, combinado con un triunfo azulgrana en San Mamés, entregaría a los catalanes su tercera Liga en cuatro años.
El Barça sólo mostró su mejor versión en los minutos finales, cuando dispuso de las mejores ocasiones para desequilibrar un partido que ya se le complicó en la primera parte por la gran actuación del meta Keylor Navas, quien detuvo un penalti a Villa.
La cabeza puesta en Múnich, una alineación con pocos titulares, un rival que prácticamente no se jugaba nada, Leo Messi en la grada... Pocos alicientes ofrecía el encuentro, más allá del regreso al equipo inicial de Eric Abidal.
El francés volvió a actuar como titular catorce meses después y estuvo sobresaliente. Su último encuentro de titular fue el 26 de febrero del año pasado. Abidal, catorce meses después y con diecinueve kilos menos, estuvo a un gran nivel como central, en una defensa de circunstancias en el eje junto con Adriano.
Al partido le faltó intensidad y el Barça vivía pendiente de alguna aparición de Iniesta -junto con Alves y Valdés seguramente los únicos titulares el próximo martes en Múnich-, del desborde de Cristian Tello, de alguna genialidad de Thiago o de la puntería de Cesc o de Villa.
Pero en el primer tiempo no fue así y además, en el minuto 17, los azulgrana fallaron un penalti. Lanzó Villa y paró Keylor Navas. El meta costarricense estuvo, además, felino al rechazar el posterior remate cercano de Cesc Fàbregas y a partir de ese momento, el meta 'tico' fue protagonista.
Tello desbordó siempre por la banda, pero no estuvo tan lucido como en los últimos encuentros en los que Tito Vilanova le ha dado la posibilidad de aumentar minutos. El sabadellense no anduvo fino ni centrando ni rematando, más allá de una buena acción en la que David Navarro se anticipó a David Villa (m.19), un minuto después de la única aproximación del Levante sobre el área de Valdés, una buena acción individual de Rubén.
El monólogo del Barça ganó en intensidad, pero sin mejorar la velocidad de ejecución, en la recta final del primer tiempo. Alves, en un lanzamiento lejano de falta, obligó a aparecer nuevamente a Navas, quien también estuvo acertado en un gran remate de Villa desde fuera del área (m.44).
En los primeros 45 minutos, el Levante, no demasiado exigido, tuvo suficiente con su meta para solventar las acometidas del Barça. Con el orden defensivo, los levantinistas se bastaban para frenar a un Barça al ralentí.
Vilanova movió ficha y puso en juego a Xavi por Iniesta a media hora del final. Los barcelonistas necesitaban más velocidad de ejecución, y sobre todo mayor juego por las bandas, frente a un rival cada vez más cómodo.
Por eso el segundo cambio fue la entrada de Pedro por Thiago. Cesc jugó como centrocampista, pero el juego no se desencallaba. Ni un remate de los catalanes a puerta, a pesar de que el dibujo ya contaba con dos extremos puros y un nuevo fijo.
La mejora llegó con la entrada del chileno Alexis a trece minutos en sustitución de Tello. Un centro suyo permitió a Villa firmar el primer remate de los locales en el segundo tiempo.
Esa fue la primera de las tres oportunidades que tuvo el Barça consecutivamente. En el 83, nadie acertó a rematar un pase de la muerte de Montoya y en el minuto siguiente, Cesc deshizo el lío al marcar de un tiro cruzado desde dentro del área.
Suficiente. El Barça necesitaba ganar, dar descanso a sus titulares y pensar en el siguiente compromiso: un enorme encuentro en Múnich ante el Bayern.