Si nada lo impide, el Betis será equipo de Primera División si vence en el Benito Villamarín al Alcorcón el próximo domingo.
Un objetivo que se ha puesto al alcance de la mano tras la exhibición goleadora verdiblanca en Santander, frente a un Racing que puso en serios aprietos al cuadro de Mel en los primeros compases del encuentro.
Y es que los cántabros golpearon primero por medio de Sylla, que se aprovechó de la enésima debilidad defensiva en el campeonato del Betis y adelantaba en el minuto 21 a su equipo ante el delirio de la parroquia local.
Pero sería Bruno, el futbolista que pondría el empate y la tranquilidad para el beticismo con un majestuoso remate de cabeza tres minutos más tarde.
Los nervios comenzaron a atenazar al Racing y fue Rubén Castro, quien olió la sangre y resolvía con dos tantos (uno en el 40’ y otro en el 49’), ambos de una bella factura, el entuerto en el que andaba metido el equipo de las trece barras.
El festín de goles no se quedaría ahí por parte de la escuadra bética que redondearía Jorge Molina, después de un trallazo desde el semicírculo del área que dejaba congelado al guardameta cántabro y a la afición racinguista.
Un error de Jorge Casado le daría a David Concha en el 73’ la posibilidad de acortar distancias; si bien en ningún instante, el resultado final en favor de los verdiblancos llegó a peligrar de verdad.
La pesadilla bética, está ya más cerca del olvido.