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Pleno de Roca Rey en Sanlúcar

“El Juli”: oreja, ovación con saludos y dos orejas; Talavante: ovación con saludos y dos orejas; Roca Rey: dos orejas y rabo y dos orejas y rabo.

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  • TOROS EN SANLÚCAR -

29 de Mayo del 2016, Plaza de Toros de “El Pino”, corrida de la Feria de la Manzanilla. Siete toros de Torrealta (en séptimo lugar se lidió el sobrero  regalado por “El Juli”). “El Juli” (Verde botella y oro): oreja, ovación con saludos y dos orejas; Talavante (Azul noche y oro): ovación con saludos y dos orejas; Roca Rey (Canela y oro): dos orejas y rabo y dos orejas y rabo. Entrada: Casi lleno. Incidencias: Se  guardó un minuto de silencio en memoria del maestro “Limeño”,  Juan José Trujillo se desmonteró  tras parear al quinto, el sexto toro de nombre “Legionario” recibió los honores de la vuelta al ruedo.

“El Juli” ha demostrado esta tarde que no quiere perder su condición de “mandón” del toreo frente a las figuras emergentes que están “refrescando” el escalafón durante esta temporada.
Ante su primer enemigo  el maestro de Velilla de San Antonio poco se pudo lucir en el saludo con el capote, sin embargo le recetó un vistoso quite por chicuelinas tras la salida del caballo. El diestro lo sacó toreramente al tercio para comenzar una faena basada en ambas manos  ante un toro que no rebosaba en la salida de los muletazos. Lo mejor de su actuación fue la última serie sobre la derecha dejándole la muleta en la cara para que animal repitiera sus embestidas. Tras una estocada suelta y dos descabellos paseó una oreja.

Al cuarto lo recibió con media docena de verónicas. Brindó la faena a “El Mangui” que saludó toreramente la fuerte ovación que sus paisanos le regalaron. El toro no era nada claro y tenía un peligro sordo ya que nunca estaba metido en los engaños.  “El Juli” tiró de oficio y toreó muy en línea recta y sin apreturas para sacarle lo poco que el de Torrealta tenía en sus adentros. Tras dos pinchazos y una estocada recibió una ovación con saludos.


Tiró de pundonor y vergüenza torera regalando el sobrero. El toro no se prestó al torero de capa en su salida, pero tras el puyazo dio lugar a que su matador le realizara un quite por chicuelinas. En  la faena de muleta el toro “pesaba mucho” ya que nunca humilló. Sin embargo  el maestro fue amoldando sus embestidas a base de temple y paciencia logrando inventar una faena que pocos toreros hubiesen realizado. Tras un estoconazo le cortó las dos orejas.

Talavante recibió a su primero por verónicas.  Su faena de muleta se vio condicionada por la poca clase del ejemplar criado en “El Toñalejo”, ya que éste era noblón pero tenía poco empuje en sus embestidas.  Tras una faena larga lo mató de una estocada y saludó desde el tercio.
En el quinto de la tarde nada puede hacer con el capote ante un toro que se cruzaba en los cites. El extremeño optó, acertadamente, a que recibiera dos puyazos ya que el toro tenía carbón, cosa que demostró después en la muleta. Intentó comenzar su faena con estatuarios pero al segundo de ellos declinó dada la brusquedad de las embestidas.  Talavante muy concentrado en la faena y toreando para él, tanto es así que mandó callar a la banda de música, le fue dando tandas con los riñones muy asentados y consiguiendo pases de muchísima calidad. Tras unas ceñidas manoletinas  lo mató de una estocada paseando las dos orejas.

El peruano Roca Rey no ha podido tener un debut más afortunado en la provincia de Cádiz. A su primero lo recibió por verónicas rematadas con revolera.  Tras su paso por los montados le enjarretó un soberbio quite por caleserinas. Tras brindar al respetable lo citó por estatuarios. El joven matador siguió su faena pasándose al toro muy cerca por ambos pitones logrando el culmen de la misma con un arrimón, propinándole unas series de redondos invertidos.  Logró una estocada sin puntilla y le cortó los máximos trofeos.

Volvió a triunfar en el sexto de la tarde, sin duda alguna el mejor del encierro. Variado saludo capotero parándolo con el envés del capote y toreándolo por verónicas, delantales y chicuelinas. Lo llevó a caballo por chicuelinas al paso y a la salida de éste le hizo un quite por gaoneras.  Brindó la muerte del toro a María Jesús Quinta,  su “madre española”,  ya que es la persona que le tiene abiertas las puertas de su casa en Gerena.  El toro tenía un son en sus embestidas distinto al de sus hermanos de camada que ya colgaban de los ganchos del desolladero. Iba largo en la muleta y se prestó a que su matador le realizara una faena de temple realizada con ambas manos. Vació tanto al animal en la faena que éste al final hizo amago de rajarse, lo que aprovechó el torero para meterse literalmente entre los pitones enloqueciendo al público. Tras una estocada baja le fueron concedidos de nuevo las dos orejas y el rabo.

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