Grandes medidas de seguridad y la expectación y curiosidad de miles de personas en las calles rodearon la primera jornada.
Grandes medidas de seguridad y la expectación y curiosidad de miles de personas en las calles rodearon ayer la primera jornada de la visita de Estado al Reino Unido del presidente estadounidense, Barack Obama, y su esposa Michelle.
Pese a las excelentes relaciones entre ambos países, se trata solo de la tercera visita de Estado de un presidente estadounidense al Reino Unido en los últimos 100 años, y ambos Gobiernos están poniendo especial empeño en que sea un éxito total.
Para evitar problemas con la nube de ceniza del volcán islandés Grimsvoetn, los Obama llegaron a Londres un día antes de lo esperado procedentes de Irlanda, donde el inquilino de la Casa Blanca fue recibido por la población como si fuera una estrella de rock.
La reina Isabel y su esposo, el duque de Edimburgo, recibieron al matrimonio estadounidense, que también se entrevistó con el príncipe Carlos y su esposa, la duquesa de Cornualles, y con los duques de Cambridge, Guillermo y Catalina, que acaban de regresar de su luna de miel y que viajarán a EEUU el mes de julio.