Hacía treinta y seis años que ambos equipos no se enfrentaban en Primera División. La última vez fue en 1975 y el resultado fue de empate a un gol. Hoy la situación era diferente. El mismo estadio, pero con más gente. Un excelente ambiente y una concordia entre aficiones.
El equipo malagueño salió con un esquema diferente al empleado en Sevilla, con el centrocampista portugués Sergio Paulo Barbosa Duda, haciendo de conductor del juego por Apoño, fuera del once por decisión técnica y con un solo delantero, ya que e venezolano Salomón Rondón fue reemplazado por el rápido y habilidoso media punta argentino Diego Bounanotte.
El técnico del Granada Fabriciano González "Fabri", situó a cinco jugadores nuevos con respecto a los que jugaron de titular en la primera jornada frente al Betis, el argentino Franco Jara, Diakhate, Martins, Yebda y el delantero nigeriano Uche.
Al Granada se le puso difícil el encuentro, porque el Málaga, espoleado por una fiel afición se adelantó en el minuto cuatro con un disparo del centrocampista Santi Cazorla, que no pudo atajar el guardameta Roberto, al ir muy pegado al poste izquierdo. El Granada adelantó líneas y merodeó la portería del argentino Willy Caballero sin excesivo resultado
El Málaga tocaba en el centro del campo para frenar al contrario, aunque tenía problemas para burlar la férrea defensa del Granada. Cuando transcurría el minuto 25 en un partido más emocionante por el color de la grada que por el juego, un centro de Gámez por la derecha lo cabeceó Joaquín, consiguiendo el segundo gol.
El conjunto local se adueñó por completo del partido y el delantero holandés Ruud Van Nistelrooy, en una jugada personal, pudo sentenciar definitivamente el partido, pero su disparo lo desvió en última instancia el guardameta Roberto a córner. El Granada buscaba acortar diferencias muy tímidamente, aunque Dani Benítez hizo temblar La Rosaleda con un lanzamiento de falta que desvió el guardameta Caballero.
Cazorla, en su estreno en La Rosaleda se erigió en la estrella del Málaga, porque en una falta, con la barrera mal colocada, su disparo raso significó el tercer gol en el minuto 47. A raíz del tanto, los locales bajaron el ritmo por el cansancio y el equipo granadino se fue al ataque, pero sin excesivos resultados.
El Málaga no tenía problemas, escasos y con una gran pegada y una movilidad endiablada de sus cinco jugadores de arriba fabricaron una acción que finalizó Joaquín con una volea consiguiendo el cuarto gol. Pellegrini hizo debutar al malagueño Isco y Fabri hizo varios cambios buscando más profundidad, pero el equipo malaguista esta vez fue mucho mejor.
