Los dos agentes de la Policía Nacional imputados por insultar y agredir supuestamente con golpes y pisotones a una joven, identificada como M. R. L, que había ido a denunciar el robo de su bolso a la comisaría de la Alameda de Hércules, y que terminó esposada y detenida en los calabozos de la comisaría de Blas Infante, negaron ayer los hechos y aseguraron que “usaron la fuerza mínima para reducirla” después de que le quitara la placa a uno de los agentes.
Durante su declaración como imputado en el Juzgado de Instrucción número 20 de Sevilla, uno de los agentes aseguró que la joven, que se encontraba “muy alterada”, fue a Comisaría a denunciar que le habían robado el bolso durante un concierto y, en un momento dado, entró en la garita de seguridad donde se encontraba él junto al otro compañero también imputado, cuando esa garita “es una zona restringida”.
Según el acta de su declaración, a la que ha tenido acceso Europa Press, el imputado dijo que, en ese momento, su compañero salió de la garita con la joven, y ahí “no ve lo que ocurre entre su compañero y la chica, pero sí lo escucha”, añadiendo que la joven “los acusó de que le han robado la bicicleta porque se están tocando los cojones, como se demuestra porque se están tomando un bocadillo y viendo una película”, todo ello “mientras se tocaba sus partes íntimas haciendo gestos obscenos”.
En un momento dado, la denunciante “le arrancó” su placa y, al intentar recuperarla, “se produjo un forcejeo entre ambos, cayendo los dos al suelo, donde ella le propina arañazos y patadas”. Tras ello, y cuando el agente “estaba a punto de recuperar la placa, ella la tiró a la calle”, momento en el que, junto a su compañero también imputado, procedieron a su detención.