El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, ha defendido la autonomía y la independencia de la Fiscalía así como la labor que realiza en favor de la Justicia y de la sociedad, "por encima de cualquier creencia e ideología".
Así lo ha manifestado durante su discurso en el acto de entrega de las Grandes Cruces de San Raimundo de Peñafort a los últimos cuatro ex Fiscales Generales del Estado Carlos Granados, Juan Ortiz Úrculo, Jesús Cardenal y Cándido Conde-Pumpido.
En este sentido, Gallardón ha defendido que con la entrega de estos reconocimientos se hacen "cinco actos de justicia", ya que además de los cuatro "individuales" correspondientes a cada uno de los galardonados, supone "un reconocimiento a la carrera fiscal", la cual es, a su juicio, "una gran desconocida en la opinión pública".
Asimismo, ha lamentado que "muchas veces en la interpretación de sus actos (los de la Fiscalía) por los medios de comunicación existe una concepción errónea de que la dependencia jerárquica del Ministerio Fiscal se agota en el Ministerio de Justicia". "No es eso lo que dice la Constitución. Son en estas personas en quien se agota la independencia jerárquica de la carrera fiscal", ha agregado.
"Existe un concepto de que por el hecho de que el Fiscal general del Estado sea nombrado por el Gobierno existe una relación política, cuando hay que recodar que en el nombramiento intervienen los tres poderes del Estado", ha señalado
De este modo, ha defendido que el reconocimiento hecho este martes demuestra "que el servicio que la Fiscalía hace a la nación es un servicio al Estado, que tiene relación con todos los poderes", al tiempo que reivindica "la contribución absolutamente indiscutible" que dicho servicio supone "para el funcionamiento de la Justicia a nuestro país".
"Me gustaría que este acto fuese también un reconocimiento a la carrera fiscal. Lo digo desde el orgullo de pertenecer a la misma desde 1982, si bien es cierto que un paréntesis que ya en su momento deliberé de dedicación a la política se está alargando y más de la mitad de mi vida", ha apostillado.
RECONOCIMIENTO PÚBLICO EN MOMENTOS DIFÍCILES
En la misma línea, el Fiscal General del Estado, Eduardo Torres-Dulce, también ha defendido durante su discurso que el reconocimiento a sus antecesores sirve para "ejemplificar la tradición constante" del Ministerio Fiscal de "servicio a la Administración de la Justicia" en unos momentos en los que, ha añadido, "resulta tan difícil" que se reconozca "pública y socialmente" dicho trabajo "en favor del estado y la cosa pública".
"Es para mi un momento de emoción y de honor estar aquí para asistir a un acto de estricta justicia en virtud del cual se reconoce un trabajo excepcionalmente bien hecho a lo largo del tiempo", ha asegurado, para hacer a continuación un reconocimiento a los "2.400 hombres y mujeres fiscales" que trabajan "día a día" para cumplir con el mandato constitucional de actuar "con independencia y legalidad".
Asimismo, ha asegurado que los ciudadanos pueden estar convencidos de que al frente del Ministerio Fiscal han estado durante todos estos años personas que no han tenido otro punto de vista a la hora de desarrollar su labor "que no sea la encarnación de los valores de justicia, del servicio a la nación y al Estado".
"Los cuatro han entregado lo mejor de sí mismos a esa idea que han compartido todos ellos. Es por ello por lo que aquí ante ustedes debo de manifestar mi testimonio de orgullo, afecto y reconocimiento a ese trabajo excepcionalmente bien hecho, muchas veces en unas condiciones personales muy difíciles", ha sentenciado.
Por su parte, los cuatro ex Fiscales Generales del Estado han agradecido la decisión de otorgarles la que es la máxima condecoración de la Orden de San Raimundo de Peñafort y todos ellos han coincidido en que supone un reconocimiento a labor del Ministerio Fiscal. "Esta distinción reconoce la valía de la institución", ha asegurado el ex Fiscal Cándido Conde-Pumpido.