Con este título se ha celebrado recientemente una Mesa Redonda en el Instituto de Estudios Jienenses. La actividad conferencial de esta institución es una labor de suma importancia, ya que representa su cara extrovertida, con la que quiere conectar con el pueblo jaenero en torno a la cultura. Su tarea no puede limitarse a la oferta bibliográfica allí producida o adquirida, sino que ha de ser completada por el contacto humano con los ciudadanos ávidos por el intercambio de conocimientos. Ese intercambio dialógico pocas veces se cumple tan fielmente como en una Mesa Redonda que incluya un coloquio amplio y ponderado. Entendiéndolo así, durante los últimos 17 años la Sección de Medicina del IEJ ha promovido anualmente un acto de este tipo, con el que además se ha cerrado ahora el curso 2008-2009. El estrés está en boca de muchas personas a diario. No es en sí, como con frecuencia se piensa, una enfermedad, sino un potencial mecanismo para enfermar. Creo que la vida está llena de tensiones y estímulos más o menos estresantes, pero si ante ellos la respuesta es adecuada, promueven beneficio al que los soporta; sólo cuando el agente estresor es de elevada intensidad o se prolonga o incide sobre una personalidad no correctamente esructurada, se llega al resultado patológico, que puede tener una expresión psíquica (ansiedad, depresión, disturbios conductuales, etc.) o incluso somática (afecciones antaño conocidas como psicosomáticas: hipertensión, asma, jaqueca, obesidad abdominal, etc.)
En la Mesa Redonda que comento, se trató del estrés patógeno desde diversas ópticas. El Dr. Fernández Montero nos ilustró sobre el frecuente estrés laboral, que conduce a la mengua del rendimiento del trabajador, absentismo y diversas expresiones somatopáticas. En su forma más extrema, puede llevar al trabajador a la condición de burn-out, o sujeto quemado incapaz de afrontar su tarea. En el ámbito profesional se injerta asimismo no pocas veces el acoso laboral, que martiriza a numerosos sujetos por lo general de elevada eficiencia.
El profesor Felipe Morente informó acerca de cómo el desarrollo societario, cada vez más complejo y competitivo, es manantial de estrés. El hombre es un animal social, y la rivalidad surge cuando existen diversas opciones e intereses contrapuestos, tanto a nivel de la órbita familiar como en el ámbito escolar, por poner sólo dos ejemplos. El Dr. Capitán Vallvey se ocupó del estrés que implica la cirugía, los mecanismos compensadores que concita y que a veces resultan pervertidos y pueden desembocar en un fracaso multiorgánico letal. Por último el Dr. M. Bellido hizo un análisis lúcido de las tareas del psiquiatra en punto a prevenir prevenir y en su caso corregir las situaciones estresantes nocivas. Creo que reuniones tan apasionantes como ésta merecen reiterarse en el futuro. Contando, claro está, con una coyuntura económica que no termine por ahogar una actividad tan remunerativa.