El bailaor granadino Rafael Amargo será juzgado el próximo mes de junio acusado de ser el cabecilla de un grupo que vendía droga desde su propio domicilio, unos hechos por los que la Fiscalía pide para él nueve años de cárcel, al igual que solicita para el productor Eduardo de Santos.
El juicio se celebrará los días 7, 8, 9 y 12 de junio en la Audiencia Provincial de Madrid, según han informado a EFE fuentes jurídicas.
El juez que ha llevado el caso concluyó, en el auto en el que dio fin a la instrucción, que el bailarín era el cabecilla de un grupo que traficaba con droga, fundamentalmente metanfetamina, que vendían desde el piso que compartía con su mujer, utilizando "mulas" que llevaban la droga a los compradores.
El magistrado Juan Ramón Reig relataba en ese auto que Amargo; su mujer, Luciana Bongianino; el productor Eduardo de los Santos y otro socio llamado Miguel Ángel B.A. podrían incurrir en un delito contra la salud pública y otro de pertenencia a grupo criminal.
Para el magistrado instructor, los cuatro investigados "actuaban de común acuerdo en la recepción, preparación y distribución de sustancias estupefacientes, en especial metanfetamina, a terceros", y sitúa el desarrollo de la actividad delictiva en la vivienda que compartían el artista y su mujer.
Por su parte, la Fiscalía solicita nueve años de prisión para el artista por un delito contra la salud pública al considerar que vendió drogas en su propio domicilio a terceras personas de manera "persistente", a cambio de dinero.
En el escrito de acusación la Fiscalía también solicita nueve años de cárcel para el productor Eduardo de los Santos porque actuaba de forma "conjunta" con Amargo en la compra y posterior distribución de dichas sustancias, así como seis años para el socio Miguel Ángel B.A. por ser un "hombre de confianza" que entregaba la droga a los compradores.
La Fiscalía no pide pena para la pareja de Rafael Amargo, Luciana Bongianino.
Detalla el Ministerio Público que durante los meses de abril y diciembre de 2020, el bailarín y el productor "se venían dedicando de manera concertada y persistente a la distribución de sustancias estupefacientes, entre otras metanfetamina, a terceras personas a cambio de dinero".
A tal fin adquirían la sustancia de manera "conjunta" a los distintos suministradores, para posteriormente repartirla entre ambos y venderla a terceras personas.
Así, Amargo vendía las sustancias estupefacientes a las personas que acudían a su domicilio de Madrid y otras veces "hacía llegar la sustancia al lugar donde el cliente indicaba, para lo cual se valía de su hombre de confianza", el también acusado Miguel Ángel B., quien sabía lo que portaba y que "después de hacer la entrega regresaba al domicilio para entregarle el dinero obtenido con la venta".
Asimismo, a raíz de los dispositivos de vigilancia que se establecieron sobre el domicilio del bailarín, los agentes observaron "como acudían numerosas personas que, tras acceder al mismo y permanecer en el interior escasos minutos, salían nuevamente de manera apresurada, procediendo la policía a identificar a dos de ellas, interviniendo sustancia estupefaciente que se había adquirido en dicho domicilio, levantándose las correspondientes actas de aprehensión".
Rafael Amargo fue puesto en libertad y ha continuado su actividad artística tras su detención el 1 de diciembre de 2020 por un presunto delito de tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal.