Eduardo Soto, de 43 años y natural de Linares, ha sido sometido en un Hospital de Granada a un bypass gástrico por vía laparoscópica, de manos del doctor Carlos Ballesta, para tratar su obesidad mórbida extrema incapacitante y con riesgo de infarto, por la que pesa 260 kilos.
Este hombre buscó desde su ciudad natal financiación colectiva para poder someterse a esta cirugía bariátrica y salvar de esta forma su vida: "He afrontado la operación con mucha ilusión, porque llevo mucho tiempo pasándolo mal y la veo como una manera de volver a vivir, para hacer una vida normal", ha relatado a EFE el paciente.
Desde hace seis años, a Eduardo le diagnosticaron una artrosis bilateral de ambas caderas en grado 4 y, por su sobrepeso, no lo pudieron operar para colocarle una prótesis. Esto le generó ansiedad y depresión, unido a que su movilidad es casi nula y su peso como obeso mórbido extremo sobrepasa con creces los 200 kilogramos.
Para hacer frente a su operación, teniendo en cuenta sus circunstancias como dependiente, inició una recaudación de fondos a través de la plataforma "Gofundme", con la que ya ha logrado más de 16.200 euros, aunque todavía le resta completar parte del objetivo económico marcado de 17.500.
Este jueves el doctor Ballesta, director del Centro Laparoscópico ubicado en el Hospital HLA Inmaculada de Granada, le ha realizado un by-pass gástrico de asa larga, de manera altruista, para que pueda "recuperar" así su vida.
Debido a su obesidad, Eduardo presenta una disfunción articular dolorosa y progresiva que produce deformidades en las articulaciones, artrosis bilateral coxofemoral, insuficiencia venosa, disnea de mínimos esfuerzos, presencia de varios cálculos en la vesícula biliar y movilidad reducida por deformación de cadera, por lo que solo puede moverse en silla de ruedas.
Sufre además roncopatía y apneas nocturnas con intensos dolores óseos, hígado graso, enfermedad respiratoria aguda, prediabetes, hipertrofia ventricular izquierda con insuficiencia mitral, con factor de riesgo de infarto.
Ante la grave situación física y metabólica del paciente, el objetivo del doctor Ballesta es que pueda convertirse en una persona "normal", alargándole el pronóstico de vida tras someterse a dos intervenciones distintas, pero que forman parte de una misma cirugía.
Se le ha realizado un bypass gástrico de asa larga por vía laparoscópica, intervención mínimamente invasiva que reduce el estómago y parte de la absorción intestinal, única posibilidad para tratar este grado de obesidad.
En la segunda operación, en el mismo acto quirúrgico, se le ha extirpado la vesícula.
Ballesta ha explicado a EFE que, además de la pérdida de peso que conllevará la intervención -con la que se prevé que pueda quedarse en unos 90 o 95 kilos- lo más importante es que Eduardo podrá evitar el riesgo de infarto de miocardio y recuperar aspectos de su vida como su propio aseo personal y el desplazamiento sin necesidad de silla de ruedas o muletas.