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Hablillas

La matanza de los Inocentes

De los libros miniados pasaron a los lienzos y uno de los primeros que recoge la historia es el de Rubens.

Este domingo 28 de diciembre la iglesia celebra este triste acontecimiento que pasa de puntillas porque únicamente se recuerda durante la celebración de la misa. De los libros miniados pasaron a los lienzos y uno de los primeros que recoge la historia es el de Rubens. Reproducido con tal verismo, podemos oír el llanto desesperado de los niños al ser arrancados de los brazos de sus madres, los alaridos de ellas desesperadas por su dramático final. Si hay algo que diferencia al maestro de los otros es la transmisión de sentimientos de forma visible, reflejada en el rostro de los personajes que componen la escena que reproduce. Si buscamos y llenamos la pantalla del ordenador con esta obra nos estremecemos por el dolor que rezuma.

Los cuerpos, agrupados en planos horizontales, componen un conjunto en movimiento cuya variedad cromática queda realzada por la técnica del claroscuro, técnica que empleó por primera vez en este trabajo. La escena podemos leerla de forma zigzagueante, comenzando por nuestra izquierda, partiendo de la cabecilla de un niño aterrado cuya madre, con la espalda desnuda que cubre a medias la rubia melena, se afana en proteger.

Continúa hasta el copete del casco del soldado para bajar pasando por la cabeza de uno de los tres verdugos que, espada en mano, se dispone a matar a la mujer que protege a otra que intenta esconder a su hijo. El brazo que lo sostiene es el punto de partida de otra línea diagonal del zigzag que sube, que se prolonga con el otro brazo de ella, estirado y tenso al querer arañar la cara del otro verdugo que tira del pañal del niño mientras mira a otra mujer desesperada que extiende los brazos implorando al tercer verdugo que no se lleve a su pequeño.

Esta escena se da en un espacio profundo ya que el punto de fuga muestra la ciudad envuelta en sombras mientras que el cielo y las nubes toman el color de crepúsculo, tonos ensombrecidos que dan la impresión de escasa iluminación y que sin embargo contribuyen a imprimir mayor dramatismo a la escena, aislando el eje argumental apoyado en la gesticulación corporal que  representa el poder y la impotencia, la soberbia y el dolor por el movimiento de todos los personajes, incluso los niños muertos parecen que acaban de expirar.

Es ésta una obra que no incluyen los volúmenes que las agrupan en cantidades de cuatro cifras, esos con tapas verde flúor que suelen salir en estas fechas, una obra que debería ser recordada al menos en una fecha como la que hoy se conmemora y que recoge el santoral.

La evolución histórica ha transformado la inocencia en el objeto de broma que es hoy y desde hace tiempo los medios de comunicación recogen alguna propiciatoria para caer. En la tele tenemos la gala “Inocente, Inocente”, en casa el teléfono se vuelve, a veces, impertinente y por la calle corretean algunas hablillas. Como indica la definición, corre por la Isla el rumor de que hoy habrá mercadillo en la Magdalena. Ha sido el comentario incesante de la semana anterior a esta que hoy acaba y claro, como es el día que es pues uno piensa si no será un lárgalo a colgar donde termina la espalda y comienzan las reales posaderas. Tenemos todo el día para comprobarlo. Que usted lo pase bien.

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