Como ellas mismas explican, “se supone que las dos disciplinas trabajan para mejorar la vida, pero más allá de eso poco tienen en común”. Bueno, eso, y que las dos tienen en Huelva a investigadoras que han sido reconocidas a nivel nacional por sus respectivos trabajos.
Hablamos de Cristina Ramos y Ana Caballero, investigadoras de la Universidad de Huelva que han logrado, respectivamente el Premio Joven Investigadora de la Asociación de Historia Contemporánea y el Premio Joven Investigadora de la Real Sociedad de Química.
Viva Huelva se reúne con ellas para conocer los trabajos por los que han sido reconocidas y para poner en valor la calidad con la que se manejan en sus disciplinas.
La exclusión de lo público
La distinción a Cristina Ramos ha sido por su trabajo ‘El voto femenino y los límites de la democratización en la Primera Guerra Mundial’. Según explica la investigadora onubense, se trata de un proyecto I+D con 11 componentes de distintos países, seis españoles, y el resto franceses, italianos y argentinos. Ramos, antes de entrar en más detalles, quiso matizar un aspecto: “La UHU ha sido muy rápida en presumir de estos premios, por lo menos en mi caso, cuando la UHU me tiene contratada como profesora sustituta interina, sólo me paga por docencia. La investigación corre por mi cuenta totalmente, pero es algo que se me exige para poder insertarme en la carrera universitaria”.
Así, con su propio esfuerzo y medios, Cristina Ramos ha puesto su granito de arena en analizar la historia para cumplir una de sus principales cometidos: que no se repitan sus errores. De esta manera, la investigación ha ido conducida a analizar el “proceso de construcción de la representatividad política desde los ejes de la exclusión, ya sea por género o raza”. Uno de los objetivos de la investigación de su equipo, “que no tiene relación con la UHU”, es dar una “respuesta a la crisis de los sistemas de gobierno, que se ponen en entredicho en los sistemas políticos actuales; estudiamos la génesis de esos sistemas, cómo se fueron construyendo desde la base de la exclusión, dejando fuera ciertos sectores”. Para ello, Cristina Ramos ha ido desglosando los “mecanismos culturales que hicieron del sexo una barrera natural para excluir a las mujeres del ámbito público. Por suerte, “a lo largo del tiempo vamos viendo cómo esos mecanismos se van deconstruyendo”. Trabajos como el de ella, con su correspondiente transferencia en ciclos y publicaciones ayudan, y mucho, a conseguirlo.
Joven, pero gran trayectoria
Por su parte, Ana Caballero ha recibido el premio, del que sólo se conceden cuatro cada año para todas las áreas de la Química, como reconocimiento a su currículo. Ella es investigadora de uno de los tres grupos de trabajo del Centro de Investigación de Química Sostenible (Ciqso) de la UHU. Su labor es especialmente sensible en una ciudad como Huelva, con una relación tan directa con la actividad de la industria química. La investigadora explica que en Huelva se está “a la vanguardia” en este tipo de indagaciones, y considera que su premio es “gracias a todo el grupo de investigación al que pertenezco, sin ellos la dinámica de trabajo sería totalmente distinta y no podría publicar”.
El día a día de su trabajo se centra en trabajo sobre catalizadores, con vistas a la industria, y con el objetivo de “generar menos residuos, menos subproductos, reacciones con menor impacto ambiental”. En cuanto al eterno debate sobre la relación industria química-medio ambiente, Ana Caballero considera que “los controles que ahora está teniendo la industria química son mucho mayores que los que hubo en el pasado, quiero creer que eso es así. Ahora mismo creo que lo están haciendo bien”.
Recortes
Sus apreciables trabajos sobreviven pese al continuo ataque a la investigación en lo que a inversión pública se refiere. Sobre este aspecto, Cristina Ramos considera que los recortes en investigación “en mi caso sí se están notando muchísimo, no sólo en lo personal sino en el ámbito de la historia porque dependemos de este tipo de proyectos para salir adelante, y cada vez los están recortando más”.
En la misma línea, Ana Caballero expone que “hemos notado muchísimo los recortes en investigación que ha hecho la UHU. En el laboratorio nos hemos tenido que apretar el cinturón”.
Pese a ello, Cristina y Ana, Ana y Cristina siguen con su labor diaria encaminada a, en sus antagónicas disciplinas, aportar resultados para mejorar las cosas. Sus especialidades, ya se ha dicho, poco tienen que ver, aunque queda en el aire, “quién sabe”, bromea Cristina, un trabajo sobre Historia Contemporánea de la Química Sostenible.
Ellas resisten a las adversidades de esta mala época para investigar, y atesoran las suficientes virtudes como para seguir creciendo en sus trabajos que ya han logrado el reconocimiento nacional. Enhorabuena las dos.
