La Huelva cofrade se ha dado cita este domingo en el Palacio de Congresos de la Casa Colón para seguir el pregón oficial de la Semana Santa de Huelva que, bajo la organización del Consejo General de Hermandades y Cofradías, ha pronunciado el jefe de la Sección Cultural del diario Huelva Información, Eduardo José Sugrañes Gómez.
Presidieron el acto el obispo de la Diócesis, Monseñor Santiago Gómez Sierra, y el alcalde Huelva, Gabriel Cruz Santana, que estuvieron acompañados por el presidente del Consejo, Antonio González García, y otras representaciones. En diversas fases del acto intervino la Banda Municipal de Música, que interpretó escogidas marchas procesionales.
El pregonero inició su intervención con una oración a la Virgen de la Cinta, como lo había dejado hace veintiún años en su primer pregón. Siguió haciendo una oda de amor a nuestra ciudad y a sus cofradías, recorriendo las calles y plazas por donde camina “el Dios de la ciudad, el que procesionamos entre dos Domingos, el de Ramos y el de Resurrección”.
El pregón siguió la estructura de lo que había sido escrito para el pasado año, aunque, en esta ocasión, lleva la actualidad del momento que vivimos, con una especial atención al tiempo tan difícil que atravesamos a causa de la pandemia. Por ello, el pregonero, invitó a los cofrades a vivir con la esperanza que brota desde la fe y a la que tenemos que agarrarnos todos para salir adelante, significando que es “un tiempo en el que las hermandades tienen una importante respuesta de atención social, redoblando sus esfuerzos y atenciones”.
En otro momento de su intervención, el pregonero señaló que las hermandades, con sus cinco siglos de historia, tienen mucho que hacer y que decir en el mundo actual, pues son muchos los que participan en las mismas, unas treinta y mil personas, el colectivo más numeroso de la ciudad y el que más personas mueve en la calle en una semana.
Igualmente, Eduardo Sugrañes exteriorizó sus emociones y sentimientos que quiso compartir con los asistentes -unas cuatrocientas personas, la mitad del aforo del salón debido a las condiciones higiénico-sanitarias- y con quienes siguieron sus palabras por los medios de comunicación.
En numerosas ocasiones el pregonero fue interrumpido por las fuertes ovaciones del público que, al concluir las elocuentes palabras, prorrumpieron en una gran salva de aplausos y, posteriormente, en numerosas felicitaciones por el contenido de la oración cantada que sirvió de prólogo a la Semana Mayor.
