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Jaén

La crisis llega al mercadillo

Los comerciantes hablan de pérdidas, sobre todo en la capital

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  • El mercadillo también está en crisis -

La situación económica no respeta a nadie, ni siquiera a los vendedores ambulantes. Los tradicionales mercadillos están viendo cómo desaparecen muchos de sus puestos porque no son rentables. Sólo en el de Jaén se han dado de baja en lo que va de año 55 puestos de 420 con los que cuenta el tradiconal mercadillo de la capital, uno de los más grandes de la provincia. Según explica el responsable de los vendedores ambulantes en la Cámara de Comercio, Manuel Olías, cada vez se vende menos en los mercadillos, pero donde más se nota es en el de Jaén. “Aunque cada jueves acude mucha gente, las ventas han caído en picado”, indica. 


Cada vendedor ambulante paga 180 euros al trimestre por su puesto en el mercadillo de Jaén, es decir, cada jueves, a cualquier comerciante le cuesta 17 euros instalar su puesto. “Luego están los gastos de autónomos y los de gasoil, entre otros muchos. Actualmente, salir a vender a un mercadillo nos cuesta unos 60 euros y algunos comerciantes se quedan muy lejos de llegar a esa cifra”, lamenta Olías.

A un euro
‘A un euro’ es la frase más común que se podía escuchar ayer en el mercadillo, aparte del manido ‘me lo quitan de las manos’ y el ‘mira niña’. “Hay muchas personas que vienen sólo curioseando, que miran todo lo que hay, pero que al final no se llevan nada. Antes siempre se compraban algo, pero ahora... esto es una ruina”, explicaba un vendedor ambulante ayer en el mercadillo.
Los ajustados precios y los bajos márgenes de beneficio que tienen la mayoría de los puestos hacen que llegados a este punto sea muy difícil ajustar más los precios. “Si ya lo damos a un euro, qué más vamos a bajar”, lamentaba el comerciante.


No obstante, hay otros artículos de los que se venden en los mercadillos de mayor importe. Manuel Olías explica que la actual normativa no permite que los vendedores ambulantes hagan rebajas, a pesar de que muchas veces sería muy conveniente para poder quitarse la ropa de temporada en la que, como todos los comerciantes se ha realizado una inversión importante. “Aquí también llega la moda y lo que no vendes una temporada es muy difícil sacarlo adelante”, explica Olías.
Precisamente los puestos más afectados este año han sido los de ropa y zapatos. De los 55 que han cerrado, 53 vendían este tipo de artículos, que son aquellos más sujetos a los gustos y las modas de temporada. Ayer, la ropa de baño de caballero y señora era el gran reclamo para los jienenses que se acercaron al mercadillo. Pero todos aquellos artículos que no se consigan vender antes de septiembre tendrán fecha de caducidad y un calificativo para el vendedor: pérdidas, o como ellos gustan decir, ruina.

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