En noviembre de este año se han cumplido 20 años desde que un nutrido grupo de jienenses sensibilizados con su patrimonio arqueológico se desplazó hasta París para visitar la muestra ‘Los Iberos, Príncipes de Occidente’, que contenía valiosas piezas de yacimientos jienenses como El Pajarillo o Cerrillo Blanco. La exposición del Gran Palais parisino, que viajó después a Barcelona y a Bonn, sirvió como plataforma de lanzamiento de la Asociación de Amigos de los Iberos, sin duda el colectivo que más ha empujado y que ha sido más decisivo para la apertura, dos décadas después, del Museo Ibero de Jaén, aunque haya sido de manera parcial con una exposición temporal.
“Le doy gracias a la vida, porque creía que me moriría y no lo vería”, decía ayer una exultante y emocionada Pilar Palazón, la presidenta de Amigos de los Iberos, en referencia a los muchos avatares que han transcurrido para que se haga posible esta gran infraestructura cultural en Jaén, impulsada a su vez por el que en 1998 era el presidente de la Diputación de Jaén, el ahora consejero Felipe López.
El camino ha sido tan lento como turbulento. Hace dos décadas, la Junta de Andalucía se marcó la construcción de tres grandes proyectos museísticos: el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo en el Monasterio de La Cartuja (Sevilla), el Museo Picasso de Málaga y el Museo Internacional de Arte Íbero de Jaén (finalmente denominado Museo Ibero). Los dos primeros llevan abiertos 19 y 16 años, respectivamente, pero el museo jienense ha tardado 20 años en hacerse realidad por culpa del eterno enfrentamiento político.
“Claro que ha faltado voluntad político de muchas personas”, ha admitido Pilar Palazón, que destaca también el “movimiento ciudadano en torno a la cultura ibera” nacido en Jaén en las dos últimas décadas. Aunque la vieja cárcel de Jaén se cerró en 1991, fue el 12 de noviembre de 2001 cuando las cuatro Administraciones firmaron el acuerdo de colaboración, por el cual el Estado cedió gratuitamente al Ayuntamiento el edificio de la vieja cárcel; la Diputación (propietaria primitiva de los terrenos) se comprometía a retirar el pleito interpuesto en el Tribunal Supremo y desistir de su pretensión de reversión del terreno; y el Ayuntamiento jienense se comprometía a poner a disposición de la Junta el edificio para construir allí el Museo Ibero.
Eso sí, hubo que esperar a septiembre de 2009 para que se colocara la primera piedra. Sin embargo, cuando ya estaba ejecutado al 55%, las obras quedaron empantanadas por los ajustes presupuestarios de la Junta de Andalucía, que ha invertido 27 millones de euros (procedentes en su mayoría de fondos europeos) en la construcción del Museo Ibero. Finalmente, las obras se reanudaron en 2015 hasta su conclusión a finales del pasado año. Y hubo que esperar hasta julio pasado para que las cuatro instituciones implicadas desatascaran el último embrollo legal, a cuenta de la titularidad de los terrenos del museo.
No obstante, Pilar Palazón advertía ayer que el camino continúa. “Esto es solo el principio, falta la culminación con el resto de salas y la apertura definitiva, yo voy a seguir dando la lata”, dijo Palazón, que ayer mismo le lanzó un reto al Rey Felipe VI: “Majestad, le ruego que el 28 de febrero de 2019 vengáis a inaugurar la exposición del Museo Ibero”, le dijo al monarca la presidenta de Amigos de los Iberos. Palazón, que reconoce que la gente le dice que es una “mosca cojonera”, asegura que hace esta petición enarbolando la bandera que la presidenta andaluza, Susana Díaz, asumió en el aniversario del 4-D al pedir que Andalucía debe estar en actitud de permanente reivindicación.
La Asociación Amigos de los Iberos se presentó a la sociedad jienense en junio de 1998. Lo hizo con una conferencia sobre los iberos en Jaén a cargo del catedrático de Prehistoria Arturo Ruiz, uno de los comisarios de la muestra temporal con la que ha abierto el Museo Ibero y también uno de los que ha acompañado a Amigos de los Iberos en el largo y tortuoso camino para hacer realidad el museo jienense. Ayer, todos ellos brindaban de forma efusiva en el cóctel ofrecido tras la inauguración. Un brindis por haberse hecho la luz tras un camino de 20 años lleno de contratiempos y de ilusiones desvanecidas.
Sin embargo, las paradojas de este culebrón político han hecho que, actualmente, la titularidad de los terrenos sobre los que se ha construido el museo siga en manos del Estado, después de que el pasado mes de julio el Ayuntamiento aprobara su reversión al Estado (más en concreto al Ministerio de Hacienda) con el compromiso de éste de devolver la titularidad a la Junta de Andalucía en los próximos meses. Esa titularidad estatal fue la que motivó ayer la presencia en Jaén del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y del secretario de Estado de Hacienda, el exalcalde jienense José Enrique Fernández de Moya, que tienen ahora el encargo de devolver la titularidad del inmueble al Gobierno andaluz, tal y como se acordó en la cumbre institucional del pasado julio que desbloqueó el museo ibero. Una reunión que propició el actual alcalde jienense, Javier Márquez, que ayer compartió protagonismo con el Rey Felipe VI y con la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. Y todos simbolizaron también una normalidad institucional que tanto costó encontrar en las dos décadas turbulentas del Museo Ibero.