El II Plan Estratégico de la provincia de Jaén ha identificado una inversión de 2.80 millones de euros en los 62proyectos y 300 actuaciones concretas que se han contemplado en el mismo. El plan, con una vigencia 2009-2028 aunque no echó a andar hasta 2013 con la primera carta de compromisos, abandera proyectos como Oleotur Jaén, Degusta Jaén, los clústers del plástico, el foro LINCE, los planes de optimización energética, el plan director de gestión de residuos inertes o el plan de tratamiento de residuos sólidos urbanos. El seguimiento del II Plan Estratégico de Jaén será uno de los ejes que se analizarán el próximo miércoles, 19 de diciembre, en la jornada 20 aniversario de la Fundación Estrategias, que tiene entre sus patronos a la Diputación, la Universidad, la Junta o el Gobierno de España. Dos décadas donde se han alumbrado el I y el II Plan Estratégico de la provincia de Jaén que, a juicio de la directora del segundo Plan Estratégico, Inmaculada Herrador, han sido “las herramientas que han permitido fijar, desde el consenso, el rumbo a seguir, a partir de un conocimiento profundo de la realidad”.
Una de las novedades de este II Plan Estratégico de la provincia de Jaén es la creación de un Cuadro de Mandos Integral que actualiza periódicamente 300 indicadores de impacto socioeconómico en la provincia. Y, a la vista del informe de ejecución del año 2017, el diagnóstico que se ofrece de la provincia no es demasiado alentado: El peso del PIB de Jaén es inferior al que debería tener por población y la mitad del que le correspondería por superficie, respecto a Andalucía y España; en el periodo de crisis no sólo no se ha convergido en PIB con Europa, sino que la brecha ha aumentado; la tasa de paro es superior a la de Andalucía y España; sufre una despoblación paulatina por el saldo migratorio y el crecimiento vegetativo negativo; mayor ruralidad que su entorno, puesto que el 35% de la población vive en municipios de menos de 10.000 habitantes; se han perdido el 23% de las empresas y el 33% de los empleados en los sectores industrial y energético durante la crisis;la inversión pública se ha reducido durante la crisis más que en Andalucía y en España y es la menor en términos de licitación; y, finalmente, se alude a un importante déficit en infraestructuras. Con todo, Inmaculada Herrador destaca como dato que invita al optimismo que indicadores como el empleo o la creación de empresas empezaron a remontar a partir de 2014.