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Fustegueras: "Veo la ciudad un poco estancada desde hace tiempo, con poca ilusión"

El arquitecto y urbanista jerezano reivindica acceder a fondos europeos para revitalizar el centro histórico: "El centro necesita vivienda y gente"

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  • El arquitecto y urbanista jerezano, Manuel Ángel González Fustegueras -
  • El jerezano Manuel Ángel González Fustegueras es el encargado de realizar el nuevo Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía

La Junta de Andalucía se encuentra en plena revisión del Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía (POTA). Después de 17 años en vigor se modifica para que la Comunidad se adapte a una nueva realidad en movilidad, transición energética, cambio climático o sequía. El encargado de realizarlo es el arquitecto y urbanista  jerezano, Manuel Ángel González Fustegueras. Es un encargo especialmente relevante, un documento de adaptación de toda una comunidad autónoma.

Andalucía tiene que enfrentarse al nuevo reto de las energías renovables y la búsqueda de ciudades más amables

Fustegueras ha visitado recientemente el espacio El Templete de 7 TV Jerez en el que ha dado detalles sobre el trabajo en torno a la redacción del POTA, pero en el que también dejó su parecer sobre cuestiones relativas al plano urbanístico y territorial de Jerez, en especial en lo concerniente al futuro de la vivienda, el centro histórico y el impacto de las energías renovables.

“A la ciudad la veo un poco estancada desde hace tiempo. La veo con poca ilusión", sentenciaba. "Se repiten siempre las mismas cosas. Por ejemplo, en las energías renovables, ¿por qué no planteamos algo alternativo como crear una comunidad energética para abastecernos nosotros? ¿Cómo es posible tener problemas de vivienda cuando el Ayuntamiento tiene más de mil espacios de suelo público? Si no hay dinero se puede tener imaginación”.

En este sentido, abogaba por la colaboración público-privada como instrumento primordial. "Yo no estoy de acuerdo con que no sea rentable. En el País Vasco el 75% de todo desarrollo inmobiliario es VPO. Aquí es el 30%. Depende de cómo sea el valor del suelo. Los promotores hasta ahora han ganado más dinero en el suelo que en la propia promoción de la vivienda. No les salen los números porque las repercusiones del suelo que ponen son enormes respecto al precio de la vivienda. Se podrían sacar a concurso operaciones de suelo público para que empresas privadas intervengan con limitación del precio de venta o del alquiler”.

Asimismo, abordó el debate cada vez más presente de la delimitación de zonas de bajas emisiones. En su opinión, "vamos tarde", aunque "se terminará imponiendo, porque va a ser muy demandado por la sociedad. Va a pasar lo que con las peatonalizaciones, que al principio nadie quería". A este respecto, considera que habría que hablar, concretamente, de "dulcificar el tráfico", de la mano de propuestas como la plataforma única, que da prioridad al peatón. "No hay que demonizar al coche si no usa el viario de paso, sino para ir a su casa. Hay que hacer una ciudad más amable con recuperación de espacios públicos con menos humos". De hecho, considera que barrios como el de La Granja ya ejercen como zonas de bajas emisiones. "Esas grandes plazas no tienen circulación de vehículos y son espacios públicos que comparte la ciudadanía. Alrededor se queda la circulación".

Con respecto al centro histórico, señala que necesita "vivienda y gente" e invita a acudir a los fondos europeos para "revitalizarlo". "Este es el momento. Ahora hay muchos fondos europeos dedicados a la regeneración urbana integral. Hay muchas ciudades que lo están haciendo muy bien con resultados espectaculares".

Y dentro del centro histórico no olvida hablar del fenómeno de las viviendas turísticas: "Son un problema porque o se controlan rápidamente o se convierte en un problema sin solución. Es una competencia desleal para aquellos que no tienen vivienda. No hablo de los apartamentos turísticos, hablo de las viviendas de uso turístico".

 

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EL POTA

Con respecto al gran proyecto en el que se encuentra inmerso en este momento, el POTA (Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía), Fustegueras aseguraba ponerse en el horizonte el “año 2050”. Aunque reconoce que “este tipo de planes no tienen duración establecida. Mientras no se revisen son válidos. El plan actual es de 2006 y es vigente hasta que se ha revisado”. Actualmente hay “un borrador, que es un documento previo, con el que se inicia una tramitación ambiental y la idea del plan va a estar ahí plasmada. El modelo territorial, las estrategias... que estará antes del verano. Se iniciará una larga tramitación administrativa y, después, la tramitación política”.

El modelo plantea propuestas “que vienen de Europa como las infraestructuras verdes, es un componente básico. Es uno de los grandes déficits que tiene el plan vigente. Otro tema son los efectos del cambio climático, que no tiene el nivel de presencia que debería tener y que ahora va a ser trascendental. Afecta de la agricultura al turismo. Hay escenarios con los que trabajamos con un nivel de detalle muy grande que nos pone en evidencia y que van a cambiar de aquí a poco tiempo. Entre ellos temas que afectan a la salud de las personas. Los cultivos van a cambiar y la sequía influye. Otro tema importante es la economía circular. ¿Qué va a pasar con los residuos? Que nos van a comer”.

“Luego están los temas tradicionales que se van a actualizar”, añade Fustegueras. “Todo lo que tiene que ver con abastecimiento de agua, planes hidrológicos, telecomunicaciones o digitalización. Y el tema de la despoblación que hay que combatir con servicios públicos. El 80% de la población andaluza vive en menos del 30% del territorio”.

El POTA tiene “un claro carácter estratégico” y “marca las directrices. En la planificación hidráulica están recién aprobados los planes hidráulicos de todas las cuencas andaluzas. Todos los temas de cambio climático han estado presentes solo en parte. Hay que incorporar reflexiones nuevas en el plan hidrológico como el regadío, la reutilización de agua o la desalación. Estos son los temas que queremos plantear como temas de reflexión para mitigar un problema”.

Decía el arquitecto jerezano que “la carta más importante es la mejora de la gestión del agua, que deja mucho que desear. En las ciudades somos muy poco consumidores de agua. Pero las pérdidas en las ciudades son muy grandes y eso hay que arreglarlo. Hay que plantear terciarios en las depuradores para que se pueda volver a usar el agua para regar”.

Hablaba de la necesidad de fomentar los lugares despoblados con más servicios públicos, pero eso necesita de un coste: “Más dinero cuesta tener el 70% del territorio vacío, que es un territorio valioso. No vivimos el problema de despoblación que tienen otros territorios, pero tenemos un problema y hay que saberlo. Eso hay que paliarlo de alguna manera. Es un tema que no ha sido tratado suficientemente, la importancia del mundo rural”.

Otro de los grandes retos es el de las energías renovables. Comentaba Fustegueras que “Andalucía aspira a liderar el proceso de las energías renovables, sobre todo solar. Si hablamos de cantidades toda la planificación ocuparía un 3% del territorio. Pero no se trata de cuánto, sino de dónde. ¿Es razonable pensar que los paneles ocupen territorios que nos sirven para garantizar la soberanía alimentaria? Falta planificación. ¿Todo tiene que ser a base de grandes superficies? ¿Cientos de hectáreas de paneles solares? Hay otras opciones como las comunidades energéticas. Ocuparía muchísimo menos y nos podrían abastecer perfectamente”.

En el caso de la eólica, “tienen que instalarse donde haya viento, pero hay que cuidar otros aspectos como el paisaje. Y también hay que saber lo que es la saturación. Todos sabemos lo que son las zonas saturadas de bares, por ejemplo. Pues con los molinos de viento y los paneles solares pasa lo mismo”.

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