El desplome de parte de la arcada central del patio del Palacio de Riquelme, en la Plaza del Mercado, ha sido la gota que ha colmado el vaso para los vecinos del centro histórico, que aseguran que este incidente es la mejor evidencia de que Intramuros “se cae a pedazos”. Este nuevo derrumbe se produjo el pasado viernes ante la indignación de los residentes, cansados de ver como cada día que pasa este edificio del siglo XVI y de titularidad municipal está más degradado, y del peligro que corre su fachada, de lo que llevan años avisando.
No se explican a qué esperan las administraciones para tomar carta en el asunto, puesto que, tal y como señala la presidenta de la Asociación Vecinal Centro Histórico, Tamara Jiménez, no les consta que desde Urbanismo “se hayan acercado a ver la situación” tras este último episodio. La ausencia de alguna inspección ocular al respecto, sumada a la ausencia de un “plan de actuación” denotan, a su juicio, “la poca sensibilidad patrimonial que tiene el Gobierno de nuestra ciudad”.
Al mismo tiempo, tampoco entienden que a estas alturas ni esta construcción de estilo renacentista ni “otras joyas de nuestro patrimonio” estén declaradas como Bien de Interés Cultural (BIC). “Nos parece absolutamente terrible”, concluye.