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Jerez

La vendimia echará el cierre con un pequeño repunte de la producción

El reto de los viticultores es empezar a trabajar con vistas a adecuar el precio de la uva a sus costes reales

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  • Campaña de la vendimia en el Marco de Jerez. -

El Marco de Jerez asiste estos días a la conclusión de la campaña de la vendimia, cuya producción final podría rondar los 56 millones de kilos de uva, en la línea de la campaña de 2019 y algo por encima de lo cosechado en 2020 (53,4).

Finalmente no se registrará un incremento entre el 10 y el 15 por ciento, que es lo que se pronosticó a principios de agosto, debido fundamentalmente a que la ola de calor de la segunda semana del mes propició que la uva perdiera algo de caldo.

Francisco Guerrero, de Asevi-Asaja, considera que “en general no es una mala cosecha en cuanto a calidad, pero sí algo corta” en cuanto a la producción final.

Esa pérdida de líquido ha permitido por el contrario que la uva haya ganado concentración de azúcares y graduación.

Además, los pequeños brotes de pudrición que se habían observado inicialmente en algunos pagos próximos al litoral se frenaron de golpe, lo que sin duda ha contribuido a mejorar la calidad final de la producción.

Pendientes todavía de las últimas entregas, los últimos partes de producción que ofrece el Consejo hablan de una graduación media de 11,48, oscilando entre los 12,61 de Lebrija y los 10,82 de Sanlúcar.

Los quince lagares inscritos en el término municipal de Jerez habían producido hasta este jueves 35,5 millones de kilos de uva, siendo la graduación media de 11,64.

Por detrás se encontraban Trebujena y Sanlúcar, con 7,7 y 7,4 millones de kilos, respectivamente. En los tres lagares de Chipiona se han molturado además otros 3,1 millones de kilos, con una graduación media de 11,35.

El año agrícola ha sido especialmente benigno, con un otoño e invierno con lluvias abundantes que permitieron una buena hidratación de la planta que le permitió soportar una primavera seca.

Además, las temperaturas han sido especialmente suaves a excepción de la segunda semana del presente mes de agosto, cuando se alcanzaron picos anormales incluso para esta época del año.

La campaña se ha desarrollado en apenas 7.000 hectáreas, unas cifras muy similares a las de ejercicios anteriores.

El temor que existe en el sector vitivinícola es que el bajo precio que se paga por la uva pueda favorecer el abandono de viñedos por parte de agricultores que apenas pueden ya cubrir los elevados costes de estas plantaciones, algo que ya advirtieron antes del inicio de la campaña las organizaciones agrarias Asaja y COAG.

Guerrero no esconde que a día de hoy ese es precisamente el mayor problema con el que se encuentran los viticultores, expresando su deseo de que la Junta de Andalucía tome cartas en el asunto y de este modo se de “un poco de valor” a lo que se produce.

Las bodegas están pagando el kilo de uva a 39 céntimos, cuando un estudio elaborado por la propia Consejería de Agricultura de la Junta en 2002 consideraba que los costes de producción rondaban ya entonces entre 47 y 53 céntimos.

De hecho, hoy día se estima que el kilo de uva tendría que abonarse a unos 60 céntimos para cubrir gastos y garantizar un beneficio económico mínimo para el productor.  

Esta falta de rentabilidad está motivando que los viticultores que alcanzan la edad de su jubilación no encuentren relevo y que muchos de quienes deben seguir trabajando estén apostando por otros cultivos más rentables, como el almendro o el olivar.

Una vez que cese definitivamente la actividad en los lagares llegará la hora de empezar a trabajar en los despachos con el objetivo de “poner en valor” el viñedo”, con precios “dignos” que hagan rentables las explotaciones.

A partir de ahí, esos precios deben repercutirse en la bota de mosto y en el producto final, para evitar que el mejor vino del mundo siga encontrándose en los lineales de los supermercados a 3,50 ó 4 euros.

Ese es el gran reto al que se enfrenta ahora el Marco de Jerez. 

La progresiva mecanización ha acabado con el 75 por ciento de la mano de obra

La vendimia apenas tiene ya un impacto real en el mercado laboral de Jerez y el resto de municipios de su área de influencia.

Desde organizaciones sindicales como UGT reconocen que la progresiva mecanización de todo el proceso “ha acabado con el 75 por ciento de la mano de obra” en estos últimos años.

Además, se han acelerado los trabajos de manera sustancial, ya que a una bodega le bastan ahora una semana o diez días para finiquitar la campaña mientras que cuando la uva se recogía a mano estas labores podían prolongarse por espacio de un mes.

Eso sin contar con que un proceso mecanizado puede llevar a los lagares piedras, varas de las cepas y otros elementos que antes se filtraban.  

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