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Lo que queda del día

El tablero municipal

En política resulta complicado volver a empezar de cero ante la prevalencia del riesgo de aceptar las cosas como vengan, ya sean inevitables o por obcecación

Publicado: 20/10/2018 ·
10:49
· Actualizado: 20/10/2018 · 19:04
  • La Plaza Esteve de Jerez -
Autor

Abraham Ceballos

Abraham Ceballos es director de Viva Jerez y coordinador de 7 Televisión Jerez. Periodista y crítico de cine

Lo que queda del día

Un repaso a 'los restos del día', todo aquello que nos pasa, nos seduce o nos afecta, de la política al fútbol, del cine a la música

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Hay ocasiones en que un golpe encima de la mesa sirve para desordenar las fichas de un tablero de juego y, o empiezas de nuevo la partida, o aceptas continuar tal y como han quedado. Algo parecido ha ocurrido esta semana en Jerez, y es previsible que con decisivas consecuencias de cara a las elecciones municipales del año próximo, aunque bajo el matiz de que, a diferencia de una partida de parchís, en política resulta muy complicado volver a empezar de cero ante la prevalencia del riesgo de aceptar las cosas como vengan dadas, ya sean inevitables o por mera obcecación -Pedro Sánchez, por ejemplo, necesitó la caída de dos ministros para darse cuenta-. 

Así, tenemos, de un lado, el infructuoso intento por consumar la que debía ser la gran coalición de izquierdas: Ganemos Jerez, IU y Podemos Jerez; del otro, el influjo de las elecciones autonómicas sobre la marca de los diferentes partidos y la implicación de algunos de sus referentes en la campaña, caso de Antonio Saldaña en el PP; y, por supuesto, la modificación del proyecto para remodelar varias calles del centro de Jerez -asfalto por adoquín-, que ha desatado una oleada de críticas que pueden salirle muy caras al gobierno local de Mamen Sánchez, tan poco habituado a las aguas revueltas -auténtico signo de su mandato-.

En el caso de la confluencia de las izquierdas, hay una explicación pública, un temor evidente y, también, algo de mar de fondo. La explicación es bien sencilla: IU y Podemos decidieron tomar la iniciativa conscientes de que la confluencia iba a llegar antes por arriba -Antonio Maíllo y Teresa Rodríguez- que por las bases, y fruto de ese contexto han delimitado un campo de acción en el que siempre han dejado al margen la influencia de Ganemos Jerez, hasta el punto de que, cuando han iniciado los contactos, la agrupación de electores ha comprobado que le habían cambiado el temario media hora antes del examen, y ni unos ni otros han sido capaces de ceder a la hora de encontrar una vía de entendimiento. De hecho, los movimientos de esta semana responden a ese temor evidente por no sentirse señalados por el fracaso de la gran coalición de izquierdas, más preocupados, unos y otros, por descargar las culpas o la responsabilidad en el contrario que en esforzarse por encontrar la ruta hasta esa auténtica confluencia y evitar dar rienda suelta a las especulaciones sobre el mar de fondo -cuotas de poder- que también ha debido influir en la decisión, por muchas puertas que hayan dejado abiertas en la ca(u)sa común.

El resultado que obtenga Adelante Andalucía en las autonómicas puede ayudar a calibrar el futuro del proyecto municipalista, pero también la solidez de las marcas, y quien más parece jugarse al respecto es el PP. El partido anunciará su lista para la provincia esta semana y todo apunta a que Antonio Saldaña, que quiere, estará en ella. Si es así puede convertirse en un regalo envenenado al que el PSOE ya ha empezado a sacarle partido para minar sus aspiraciones municipales bajo la sencilla conclusión de que “si quiere ser parlamentario es que no confía en ser alcalde, puesto que ambos cargos son incompatibles”.

Al PSOE se le dan muy bien esos juegos de artificio, y sabe ejercer de delantero despabilado, sobre todo cuando el PP se enreda en su propia melé, como ha ocurrido con la desafortunada intervención de García Tejerina, pero tampoco debería perder de vista la realidad que más le atañe, ni el pulso a su propia ciudad, como parece haber hecho con el anuncio del asfaltado de calles del centro, bajo la excusa del respaldo de los comerciantes, y sin tener en cuenta otros detalles de orden patrimonial y estético. De momento no parece haber visos de rectificación, mientras los partidos de la oposición esperan a colocarse detrás de la pancarta que colectivos vecinales, asociaciones en defensa del patrimonio y particulares se van a encargar de confeccionar sin mayor coste que el del desgaste del propio gobierno, que era algo con lo que no contaban hasta este momento. El ejecutivo de Mamen Sánchez aún está a tiempo de decidir si empieza la partida de nuevo o asume las consecuencias.

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