El sueño de vivir un partido del Mundial 2030 en Málaga es posible. La candidatura de España y Portugal para albergar la cita más importante del fútbol internacional contempla a La Rosaleda como sede, aunque no será fácil. El templo de Martiricos es una de las 14 opciones de la Federación para que se disputen partidos, y el Ayuntamiento contempla reformar el estadio para adecuarlo a las normas FIFA.
Lo confirmó el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, en la presentación de la segunda equipación del Málaga. Se atrevió a hacer analogía con el Santiago Bernabéu, una de las sedes seguras si hubiera mundial. "Salvando distancias para mí es el equivalente al Bernabéu de Madrid". Aunque no estamos al nivel del Madrid, el estadio tampoco, pero este eje es un poco el equivalente al eje de la Castellana en Madrid. Se puede crecer aquí y hay soluciones, en alguna medida para eso están los arquitectos y los técnicos especialistas".
El problema no es sólo la remodelación del estadio, sino las conexiones hasta llegar a él. Y eso incluye el transporte público, algo que aún queda lejos si se compara con la capital de España. "Hay que montar transporte público lanzadera, lo que sea necesario para reforzar el transporte público, que en Madrid es más potente que aquí, es evidente. Allí tienen el metro y una serie de combinaciones, pero hay que ser capaces de dar respuesta a los retos que supone", insistía De la Torre.
Opciones reales
Málaga ha pasado una primera criba de propuestas junto al Santiago Bernabéu (Madrid), Metropolitano (Madrid), Camp Nou (Barcelona), Cornellá (Barcelona), La Cartuja (Sevilla), Mestalla (Valencia), San Mamés (Bilbao), Anoeta (San Sebastián), La Romareda (Zaragoza), Nueva Condomina (Murcia), El Molinón (Gijón), Riazor (La Coruña) y el estadio Gran Canaria (Las Palmas).
De esos 14 estadios españoles propuestos se quedarán 11 sedes, ya que otras tres serían estadios de Portugal, los de Sporting, Benfica y Oporto, los tres grandes clubes de allí. Eso sí, para que La Rosaleda entre en la lista definitiva tiene que cumplir varios requisitos de la FIFA, y el principal es tener un mínimo de 40.000 asistentes. Es decir, habría que remodelar el estadio, aumentar 10.000 butacas más y acompañar la obra de otras infraestructuras de acceso y aparcamiento, por ejemplo.
Las instituciones ven con buenos ojos esas inversiones para lograr que Málaga sea sede. También podría ser subsede, es decir, ciudad que albergue a alguna selección pero sin celebrar partidos. Pero la prioridad es ver a La Rosaleda como en aquel último partido de España ante la República Checa.
La candidatura de España y Portugal compite con la propuesta conjunta de Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile. La Rosaleda fue sede en el Mundial de España ‘82, y si se repite supondría un impacto económico y turístico brutal para la ciudad. Algo que De la Torre quiere a toda costa.