Málaga se
está convirtiendo en una gran potencia económica. El nuevo Informe Socioeconómico de la provincia de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM) así lo avala; aunque, cuidado,
hay retos que podrían paralizar el buen dinamismo del último año. El agua, la movilidad con el tren litoral, la vivienda y la formación de talento son los
grandes obstáculos para asegurar un futuro próspero. El presidente de la CEM, Javier González de Lara, ha afirmado que el
“primer reto” es la falta de recursos hídricos y “no se aborda en la agenda política”. Un error, a su forma de entender, porque se trata de un “problema que afecta a más de la mitad de nuestro país”: “
Es una diagonal que va desde Huelva hasta Gerona, donde hay una España que está sufriendo una sequía estructural. Pocas veces hay debates políticos serios, donde se analicen propuesta o inversiones sólidas”.
La
“problemática” de la vivienda “debemos abordarla desde la
escasez de VPO” y poner “más suelo en carga”, porque es “consciente” de que hay un “problema de compensación” entre la oferta y la “enorme” demanda, que “continúa creciendo”. También, ha indicado, es partidario de agilizar la tramitación urbanística, la aprobación de
incentivos que potencien el alquiler de larga temporada y mayor seguridad jurídica a los propietarios.
La
falta de personal cualificado “nos preocupa muchísimo”, porque “casi la totalidad” de los sectores productivos malagueños tiene
un “déficit de mano de obra”: “Hay
ofertas de trabajo que no son atendidas”. El presidente de la CEM considera que es “fundamental” que las administraciones “potencien” la educación y la formación profesional.
De la misma forma, ha pedido
“medidas y recursos” para “optimizar” los recursos energéticos, porque “echa en fatal” un pacto por la energía en España. González de Lara también ha apuntado a la “diversificación”, la “reconversión industrial y digital”, la “reestructuración” del gasto público para mejorar la eficiencia y luchar contra la “hiperregulación normativa” como factores en los que trabajar, para que el tejido empresarial malagueño “sea más competitivo”.
El informe destaca
el dinamismo de la economía malagueña. En el 2023 creció
un 3,6 por ciento, por encima del PIB andaluz (2,4 por ciento), nacional (2,5 por ciento) e, incluso, europeo (0,5 por ciento). Tal y como ha explicado Natalia Sánchez, vicepresidenta ejecutiva de CEM, la provincia ha cerrado un ejercicio “positivo”, gracias al
ritmo de creación de empresas y autónomos, el buen comportamiento del empleo, con métricas récord en turismo y exportaciones, y presentado cifras históricas en su balanza comercial. Sin embargo, es vital atender a los retos que plantea la situación actual, porque
las previsiones ya reflejan una desaceleración con unas perspectivas que marcan un crecimiento del 2,8 por ciento para 2024.
Durante el 2023, Málaga se consolidó como la tercera provincia española en creación de empresas y la segunda en altas de autónomos. La primera de Andalucía en ambos indicadores. La provincia cuenta con 77 empresas por cada 1000 habitantes, supera la media andaluza (58) y nacional (71).