Expresiones

Publicado: 13/12/2021
Autor

Federico Pérez

Federico Pérez vuelca su vida en luchar contra la drogadicción en la asociación Arrabales, editar libros a través de Pábilo y mil cosas

Matrícula de deshonor

Un cajón de sastre en el que hay cabida para todo, reflexiones sobre la sociedad, sobre los problemas de Huelva, sobre el carnaval...

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A dicho portavoz le faltó decir que tenía muchas amigas mujeres, frase ya manida que todos conocemos en muy diferentes contextos con ese tufo nauseabundo
A falta de varias semanas para dejar atrás este fatídico año, aún nuestra sociedad sigue anclada en un pasado lleno de violencia, odio, rencor y comparaciones absurdas que sigue dejando a la mujer en un segundo plano. Hoy no volveré a incidir en la agresividad que siguen sufriendo las mujeres por el simple hecho de serlo, ni siquiera voy a pararme a profundizar en las 37 mujeres asesinadas hasta la fecha en este 2021.

A lo largo del año me he expresado demasiado sobre estos temas que siguen marcando el devenir de los tiempos sin que nos deje avanzar como sociedad, pero que por mucho que se escriba sobre ello, siempre será insuficiente para aquellos que siguen viviendo desde una perspectiva machista que no logramos erradicar. Hace unos días, el portavoz de Vox en Móstoles, Israel Díaz, dejó caer otra de esas perlas que se guardan en el subconsciente y que se escapan en los momentos menos oportunos: “Nosotros no odiamos a las mujeres, en nuestro partido hay muchísimas mujeres y de gran valía, casi tanto como la de los hombres”. Que conste que tras dicha expresión pidió perdón y expuso lo que realmente quería decir. Pero yo soy de aquellos que no se centran tanto en las formas de expresión, errores cometemos todo el mundo, más bien en el fondo, y sin querer ir más allá, debo reconocer que me resulta inusual que alguien tenga que estar aclarando que no odia a las mujeres, que son tan validas o más que los hombres.

A dicho portavoz le faltó decir que tenía muchas amigas mujeres, frase ya manida que todos conocemos en muy diferentes contextos y que deja entrever ese tufo nauseabundo que tanto rechazo me produce y una señal inequívoca de apariencia sostenida en la verborrea barata. Querer justificarse con: “Nosotros no odiamos a las mujeres” ya dice mucho de un concejal que debería ser modelo de referencia para esta nueva sociedad con tintes verdes, que necesita constantemente abordar este tema, justificarlo o enmendarlo con disculpas y perdones, sin tomar verdadera conciencia del daño que se llega a crear. O sí, o quizás ese sea el perfil que se necesita para asumir dicho rol.

Discúlpenme, pero me niego a naturalizar este tipo de incidencia por parte de nadie, máxime si es un representante político elegido por el pueblo, con un peso importante en la sociedad de su localidad. No es la primera vez, y me temo que no será la última, en la que tenemos que escuchar o leer expresiones de esta índole, donde la mujer o la orientación sexual, entre otras cuestiones, son denostadas con supuestos errores que lapidan esa fragilidad que aún sostienen algunas mentes inseguras captadas de forma tan liminal. Las conciencias sucias son difíciles de sostener en el tiempo y acaban explotando de una u otra manera, dejando ver el verdadero sentir que cada uno lleva “por bandera” por muy española que sea.

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