Los colegios electorales en Nueva Zelanda cerraron sus puertas tras la votación para elegir el nuevo Parlamento, en unos comicios en que el Partido Nacional del primer ministro, John Key, renovará su mandato previsiblemente.
Más de 3 millones de neozelandeses fueron convocados a las urnas en una jornada que transcurrió sin mayores incidentes.
Con el 19,7 % de los votos contados, el Partido Nacional tiene el 48,3 % de los sufragios y el Laborista, el 23,9 %, según datos no oficiales facilitados por el portal de noticias del diario New Zealand Herald.
En tercer lugar se encontraría el Partido Verde con 10 % y cuarto Nueva Zelanda Primero con 9,1 %, el resto de los partidos minoritarios en conjunto sumaría el 8,7 %, según este recuento.
Los últimos sondeos de intención de voto previos a las elecciones daban la victoria del Partido Nacional con alrededor del 45 % de los votos, un margen insuficiente para gobernar en solitario y que le obligaría a establecer alianzas.
"Lo más probable es que el Partido Nacional se quede corto y necesite de uno o dos partidos minoritarios para alcanzar la mayoría en el Parlamento", señaló Antony Green, analista electoral, al canal australiano ABC.
Cualquier formación o asociación de partidos que controle 61 de los 120 escaños del próximo Parlamento unicameral tendrá derecho a formar Gobierno y nombrar primer ministro.
Desde hace décadas ninguna fuerza ha logrado la mayoría absoluta.
Key y el líder del Partido Laborista, David Cunliffe, centraron su campaña electoral en las recetas económicas que aplicarán en Nueva Zelanda si son elegidos para formar gobierno.
La economía es una de las principales preocupaciones del electorado tras el desplome en un 40 % de los precios de los productos lácteos, una de las principales exportaciones del país, y la disminución del programa de estímulo a los proyectos para la reconstrucción tras los devastadores terremotos de 2010 y 2011.
El periodo electoral también estuvo marcado por las acusaciones del "juego sucio" que supuestamente realizó antes y durante la campaña el partido gobernante y espionaje masivo de los servicios de inteligencia neozelandeses.
Se espera que los resultados sean anunciados a lo largo de la noche electoral.