Diputados de la oposición venezolana se entrevistaron este jueves con el canciller brasileño, Mauro Vieira, y fueron recibidos en el Senado de Brasil, donde afirmaron que "muy pronto" estarán en el Gobierno en el lugar del presidente Nicolás Maduro.
"En un tiempo relativamente corto, esperamos que reciban al nuevo presidente de Venezuela y a la nueva realidad política que comenzó a tejerse en las elecciones parlamentarias de diciembre", dijo en el Senado brasileño el diputado venezolano Williams Dávila, miembro de la Comisión de Política Exterior de la Asamblea Nacional.
Tanto en la reunión con Vieira como en la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Dávila y el diputado Luis Florido explicaron las alternativas que se barajan para recortar el mandato de Maduro y, según dijeron, "recobrar las libertades en Venezuela".
Para ello, insistieron en que el camino es "democrático" y está señalado en las normas constitucionales, que contemplan la posible renuncia de un mandatario, un referendo revocatorio de su mandato o hasta una enmienda constitucional para recortar el período, que puede ser aprobada por mayoría simple en la Asamblea Nacional.
Los diputados justificaron esa decisión de la oposición, que desde enero pasado tiene mayoría calificada en la Asamblea Nacional, en la "catástrofe" que vive el país, sumergido en una gravísima crisis económica y con una escasez "casi absoluta" de alimentos y medicinas, entre muchos otros productos básicos.
Los parlamentarios denunciaron como un "golpe judicial" algunas sentencias de la Corte Suprema, que anularon decisiones tomadas en "forma independiente" por la Asamblea Nacional, y aseguraron que el tribunal está constituido por "militantes chavistas" que "responden directamente a las órdenes" de Maduro.
Florido y Dávila también pidieron un apoyo particular para una ley de amnistía que tramita en la Asamblea Nacional en favor de los que califican de "presos políticos", en su mayoría detenidos tras las jornadas de protestas de abril de 2014.
Ese fue uno de los puntos en que hicieron hincapié en la reunión con el canciller Vieira, la primera que un ministro brasileño tuvo en Brasilia con diputados opositores venezolanos desde que, en 1999, llegó al poder el fallecido Hugo Chávez.
Según dijo Florido a Efe, en la reunión con Vieira tuvieron un "diálogo muy franco", en el que pidieron "una posición más firme y activa" de Brasil en relación a Venezuela, por "el peso político que tiene este país".
También expusieron el proyecto de ley de amnistía y pidieron el apoyo de Brasil, porque "es un problema humanitario que no se puede postergar", apuntó el legislador.
Según fuentes oficiales consultadas por Efe, Vieira reafirmó en la cita la plena disposición de Brasil a "continuar buscando vías de diálogo" entre la oposición y el Gobierno venezolanos, "tal como lo hizo en otras oportunidades".
En el Senado, tuvieron un pleno respaldo de los parlamentarios de la oposición brasileña y hasta de senadores de la base que respalda al Gobierno de Dilma Rousseff.
Fue el caso del senador Valdir Raupp, del oficialista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), quien aseguró que "llegó la hora de ponerle fin a la dictadura disfrazada de democracia que hay en Venezuela".
En ello coincidió el senador José Agripino, del opositor partido Demócratas (DEM), quien animó a los diputados venezolanos; sostuvo que "su lucha vale la pena" y afirmó que "el próximo paso tiene que ser una elección presidencial para acabar con el actual régimen".
Dávila y Florido concluyeron su actividad oficial en Brasilia en el Tribunal Supremo, donde fueron recibidos por el magistrado Gilmar Mendes, con quien discutieron una posible observación internacional en caso de se apruebe la enmienda constitucional para recortar el mandato de Maduro, que debería ser sometida a un referendo popular.
Florido explicó a Efe que, una vez aprobada la enmienda, el Consejo Nacional Electoral deberá convocar al referendo, para el cual sería solicitada una amplia "observación internacional", que sería requerida también en el caso de haya unas nuevas elecciones presidenciales, que en su opinión pueden ser "este mismo año".