Los antiguos guerrilleros de las FARC que durante décadas estuvieron en la selva han tenido que aprender en su reintegración a la sociedad a manejar asuntos cotidianos, como la correcta disposición de las basuras, para lo cual tienen el apoyo de la ONG Acción contra el Hambre.
El manejo de los residuos sólidos fue algo que al parecer no se previó para las antiguas zonas veredales transitorias de normalización (ZVTN) en donde se concentraron más de 7.000 guerrilleros que luego dejaron las armas.
Estos espacios, 26 en total en el país, tenían un carácter provisional pero continúan funcionando con otro propósito, el de facilitar el regreso de los exguerrilleros a la vida en sociedad, por lo cual fueron transformados en Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR), una vez los miembros de las FARC dejaron las armas.
El biólogo Felipe Arteaga, asesor de Acción Contra el Hambre en La Carmelita, en el departamento sureño del Putumayo, dijo a Efe que si se pretende que estos espacios habitados por exguerrilleros sean sostenibles durante meses o años y considerando que están ubicados en zonas rurales de difícil acceso, es necesario que quienes los habitan aprendan a procesar las basuras que producen.
"Estamos enfocados en separar los residuos y aprovechar la fracción orgánica para generar abonos para la huerta comunitaria donde se producirán frutas, hortalizas, verduras y plantas medicinales, buscando así la autosostenibilidad", señala el experto.
Los ETCR tendrán una duración superior a un año que comenzó a contar en agosto pasado, con lo cual algunos han tomado aspecto de pueblo, con las ventajas y problemas que esto supone, entre ellos la disposición de los residuos, que se han convertido en focos de enfermedades y contaminación.
En el de La Carmelita, que está en el municipio de Puerto Asís, los más de 400 habitantes, 56 de ellos niños, han desarrollado un proyecto en conjunto con Acción Contra el Hambre para que las basuras no se conviertan en un problema de salud.
La tarea no es fácil si se tiene en cuenta que los guerrilleros, en los tiempos del conflicto armado, se movían de un lugar a otro y dejaban tirados a su paso los residuos de lo que consumían, pero ahora deben tratarlos de manera correcta en el mismo lugar que habitan.
Debido a que a La Carmelita hay que llevar muchos víveres que tienen envoltorios o envases plásticos, se genera gran cantidad de basura que muchas veces era arrojada en un improvisado vertedero a solo unos metros de las viviendas, lo que atraía moscas, roedores y otros animales.
Arteaga explica que en un principio los residuos eran recogidos por un camión de basuras de la Alcaldía de Puerto Asís, pero luego el vehículo dejó de llegar al lugar y los exguerrilleros decidieron tirar y quemar toda la basura en un lugar cercano al ETCR, lo que generó focos de contaminación.
Por eso, en los últimos meses han venido trabajando en un modelo de "categorización y reutilización" de los residuos que esperan pueda aplicarse en otros territorios similares.
Lo que se busca es reutilizar esos residuos sólidos mediante una "separación en la fuente", dice el experto.
Separando residuos plásticos de los biodegradables han logrado crear productos como un fertilizante orgánico, macetas fabricadas con botellas plásticas y ahora buscan crear alimento para gallinas.
Para Arteaga, es un tema de "cultura, de tomar y generar conciencia de que se deben separar los residuos" y que eso contribuye a la autosostenibilidad de los territorios.
Por su parte, Luis Gustavo Cuéllar, uno de los líderes del ahora partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), dijo a Efe que estos proyectos los "ayudan a prepararse para la vida civil".
Arteaga espera que esta iniciativa pueda aplicarse en otros ETCR donde haya situaciones similares y que de esa manera se contribuya no solo al sostenimiento de las pequeñas comunidades sino también al cuidado del medio ambiente.