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Al menos 17 civiles muertos en bombardeos de Damasco en Idlib

En una nueva ronda de violencia contra esa zona controlada por facciones opositoras a Damasco

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  • SIRIA -

Al menos 17 civiles, incluidos cinco niños, murieron hoy en los bombardeos del ejército sirio y de sus aliados contra el sur de la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria, en una nueva ronda de violencia contra esa zona controlada por facciones opositoras a Damasco.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos aseguró que nueve civiles, entre ellos cinco mujeres y tres niños, perecieron en la ciudad de Ariha en ataques aéreos y terrestres lanzados por fuerzas del Gobierno sirio.

Por su parte, la Defensa Civil siria, conocida como los "cascos blancos", informó en Twitter de que hasta el momento había recuperado los cadáveres de seis personas en esa localidad, mostrando imágenes de los edificios en ruinas tras los ataques del Gobierno.

Los medios oficiales sirios no han reaccionado hasta el momento ante esta información.

El Observatorio, cuya sede se encuentra en el Reino Unido pero que cuenta con una red de colaboradores en el terreno, indicó que seis civiles, entre ellos una niña, perdieron la vida por ataques de Damasco contra zonas en la localidad de Hazarin.

Los "cascos blancos" indicaron que las operaciones de rescate continúan para recuperar los cuerpos atrapados bajo los escombros y el Observatorio señaló que la cifra de víctimas mortales podría aumentar porque, según sus cálculos, hay más de 50 heridos.

Tan solo hoy, según el Observatorio, las fuerzas sirias han lanzado casi 150 ataques aéreos contra esa zona de Idlib, donde desde el pasado 30 de abril se ha intensificado la violencia y que está prácticamente dominada por la Organización de Liberación de Levante, la exfilial siria de Al Qaeda.

En las últimas semanas, las tropas de Damasco han ido recuperando terreno y arrebatándolo a las facciones insurgentes en el norte de la provincia de Hama, que es la puerta a Idlib, aunque no se ha anunciado oficialmente que exista una operación militar para controlar el que es considerado último bastión opositor en Siria.

El presidente sirio, Bachar al Asad, y su Gobierno han reivindicado en numerosas ocasiones su "derecho" de controlar "cada centímetro" del territorio nacional y expulsar a los que llama "terroristas", entre los que se incluye la exfilial de Al Qaeda y el Frente Nacional para la Liberación.

Este último está integrado principalmente por facciones que operan bajo el paraguas del opositor Ejército Libre Sirio, apoyado por Turquía.

En Idlib, además de en el oeste de Alepo, norte de Hama y de la mediterránea Latakia, existe un cordón de seguridad pactado entre Rusia y Turquía el pasado septiembre, pero que es violado prácticamente a diario.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, expresó su preocupación a su homólogo ruso, Vladímir Putin, por la escalada en Idlib, que interpretó como un intento de Damasco de sabotear la cooperación entre Moscú y Ankara en la región.

La ONU indicó el pasado 24 de mayo que más de 200.000 personas se han visto desplazadas por la escalada de violencia desde el 1 al 16 de mayo, en una zona en la que se estima que viven 3 millones de habitantes.

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