El Gobierno francés admitió este jueves que el coronavirus circula de forma "muy activa" en el país y previó mayores restricciones y la realización de más test para contener el avance de la epidemia, que roza ya los 10.000 nuevos contagios diarios.
En la primera de las comparecencias de prensa semanales en las que el ministro de Sanidad, Olivier Véran, expondrá a partir de ahora el balance de la situación, su diagnóstico fue claro: "Todos los indicadores muestran una progresión".
La tasa de incidencia ha alcanzado ya los 83 casos por cada 100.000 habitantes, frente a los 40 de finales de agosto, los 25 de mediados de ese mes y los 10 que había en julio, y 53 departamentos de Francia, más de la mitad del país, han sobrepasado el nivel de alerta, fijado en 50.
Aunque la circulación a la que se expande el virus es tres veces inferior a la de la pasada primavera, en el pico de la epidemia, las autoridades francesas reconocieron la necesidad de aumentar los esfuerzos.
El cierre de bares o la prohibición de agrupaciones públicas son algunas posibilidades.
El Ejecutivo ha pedido por ejemplo a los delegados gubernamentales de los departamentos del Ródano y de los Alpes Marítimos, cuyas capitales son Lyon y Niza, con tasas de incidencia de 197 y 146 casos, que de aquí al sábado le propongan nuevas medidas para contener el avance y limitar el impacto en el sistema sanitario.
ESTRATEGIA GLOBAL
La estrategia general de las autoridades reposa en el respeto de la distancia física y el uso de la mascarilla, la realización de test, una actuación adaptada a la realidad de cada territorio y la protección de las personas más vulnerables.
Aunque Francia ha superado los 1,2 millones de pruebas en una semana, las colas en los laboratorios reflejan la saturación del sistema.
Un colapso ante el que se fijó este jueves una lista de personas prioritarias: las que reciban una prescripción médica, quienes tengan síntomas, los que sean contactos de riesgo y los profesionales sanitarios.
En la región parisina se habilitarán 20 centros para hacer esas pruebas prioritarias, que se suman a los 590 generales existentes, y que tendrán una capacidad de 500 test diarios.
El Gobierno apuesta además por los test de antígenos como alternativa y apoyo a los PCR. Son más rápidos que estos últimos, con resultados en unos 30 minutos, una fiabilidad que ronda el 90 %, y empezarán a probarse igualmente en la región de París.
"Hemos efectuado ya primeros pedidos de cerca de cinco millones de test, que llegarán de aquí a principios de octubre", indicó Véran, que añadió que esperan además la opinión de la Alta Autoridad Sanitaria para determinar a quién y en qué condiciones se les podrán efectuar pruebas de saliva.
RESPONSABILIDAD COLECTIVA
El Gobierno recordó que la responsabilidad es colectiva: "Todos y cada uno de nosotros somos actores clave en la lucha contra el virus", dijo el ministro, quien advirtió de que las reuniones familiares y entre amigos son una fuente "masiva" de contagio.
Sus palabras se producen en un momento en que se superaron en las últimas 24 horas los 10.000 nuevos casos, con 10.593, que elevan a 415.481 el número de positivos desde el inicio de una epidemia que en Francia ha causado además 31.095 muertes, de ellas 50 en el último día.
El impacto, según Véran, es "real y visible", no solo entre quienes tienen de 15 a 45 años, sino también entre los mayores de 65.
Pese a todo, se destacó que el mayor conocimiento del virus refleja que el riesgo de transmisión existe principalmente de adulto a adulto y de adulto a niño, pero muy pocas veces entre niños o de un niño a una persona mayor, una información que permite suavizar el protocolo en los colegios.
"Cuando un niño da positivo, debe estar aislado en su casa siete días, pero los otros niños de su clase podrán seguir yendo al colegio. No hay razón para mandar a los alumnos a sus casas o para cerrar establecimientos a la primera alerta", concluyó.