Como una luz derramada

Publicado: 12/09/2022
Autor

Jorge de Arco

Escritor, profesor universitario y crítico. Académico de la Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras

Notas de un lector

En el espacio 'Notas de un lector', Jorge de Arco hace reseñas sobre novedades poéticas y narrativas

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Torremozas reedita “Colofón de luz”, de Nuria Parés, en el cual se incluyen sus dos libros, “Romances de la voz sola” (1951) y “Canto llano” (1959)
Nacida en Barcelona en 1925, Nuria Parés tuvo que dejar España en 1938. Durante cuatro años, su periplo abarcó Francia, Austria, Polonia, Checoslovaquia y Grecia. En 1942 se afincó definitivamente en México, donde fallecería en 2010.Apasionada de la guitarra y la poesía, su adolescencia y su vida posterior estuvieron marcadas por el exilio, y en su decir queda un inevitable poso de complejidad, heridas y nostalgia.

Ahora, Torremozas reedita “Colofón de luz”, un volumen que se publicara en México por vez primera en 1987 y en el cual se incluyen sus dos libros, “Romances de la voz sola” (1951) y “Canto llano” (1959), así como el conjunto “Ocho poemas de sombra y un colofón de luz”. Además, en esta ocasión, se incluye un anexo fotográfico, una carta manuscrita de Vicente Aleixandre referida a su segundo libro citado y el texto que León Felipe leyera en la presentación del mismo.

La introducción de Nuria Capdevila-Argüelles detalla las vicisitudes personales de la autora catalana y se adentraen la forma en la que ésta concibiera su proceso creativo. Junto al objetivo de acercar su voz “para la mejor comprensión de nuestras poetas exiliadas”, incide en que al publicar este conjunto lírico Nuria Parés “realizó un acto de supervivencia”.

En su primer poemario, sus textos se convierten en “romances de la voz sola que los canta por saberse alejada de la tierra y que reflejan” la sólita distancia que sufrió la poeta de por vida: “Esta voz, que no es mi voz,/ con la que hablo y me río,/ que habrá de seguir en mí/ y habrá de acabar conmigo,/ esta voz, que no es mi voz,/ que está robándole el sitio/ a esa voz que yo me sé/ cantando sonidos vivos…/ Esta voz que no es mi voz,/ ¿habrá de acabar conmigo/ sin que la otra voz, mi voz,/ pueda surgir de su olvido?”.

En “Canto llano”, “los versos multilineales de Nuria Parés se emplazan en una morada poética compartida con la madre (…) La otredad de la voz tiene su correlato en la otredad de España, la madre patria perdida”. Y, así, su cántico se hace pesar, ausencia, cristal por donde mirar hacia atrás y contemplar paisajes y protagonistas que quedaron vivos en la memoria, mas lejanos y dolientes: “Cuando quiero recordarte,/ cuando te pienso, tierra,/ no sé ya donde asirme./ Te me vas por la idea/ que me forjo de ti,/ te pierdes y te dejas/ recobrar un instante/ en el muro de piedra/ que dora un sol tardío,/ o en un aire cortante o en la queja/ lejana de algún tren”.

La excelente oportunidad que se le brinda al lector de conocer la obra de Nuria Parés supone, también, la vuelta de una palabra sólida, palpitante, que demuestra la vigencia de un decir honesto y muy humano. Al cabo, ella misma reconoció que “la poesía es un ejercicio de humildad, porque no es algo que yo me propongo escribir, sino algo que alguien me dicta, siempre por la noche, siempre a oscuras, porque si enciendo la luz, desaparece”.

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