El pasado 24 de febrero, Vladimir Putin dio luz verde a un ataque a gran escala contra Ucrania. Más de medio añose ha cumplido ya, por tanto, del injustificable asedio y hostigamiento por parte de las tropas rusas. Desgraciadamente, el conflicto no tiene visos de solucionarse de forma próxima y el drama humano se acrecienta día a día.
Además de las muestras de ayuda y solidaridad que hacia el pueblo ucraniano han ido sucediéndose desde el inicio de la guerra, el mundo ha podido ir conociendo más y mejor este país de poco más de 44 millones de habitantes.
Ahora, con muy buen criterio, Reino de Cordelia da a luz “Un puñado de tierra”, la primera antología bilingüe de su lírica, en la cual se reúnen poemas clásicos del realismo y romanticismo del XIX y XX, además dela obra de escritores contemporáneos, cuyoquehacersigue latente en el discurrir de este siglo XXI. Junto al espléndido trabajo realizado por los traductores OlenaKúrchenkoy Luis Gómez de Aranda, el volumen viene aderezado con ilustraciones en color de pinturas de artistas plásticos de la colección del Museo Nacional de Arte de Ucrania. Continente y contenido, pues, aunados en torno a un hermoso puñado de textos, que tal y como afirma en su prefacio OksanaSlipushko, “serán fácilmente entendidos y aceptados por un amplio auditorio de lectores hispanohablantes (…) De este modo, tenemos una recopilación muy representativa desde el punto de lo nacionalmente peculiar de la literatura ucraniana”.
Algo en lo que incide, a su vez, Luis Alberto de Cuenca, quien señala en su prólogo como este florilegio es una inmejorable oportunidad para “asomarnos a la luminosa ventana de su poesía y su pintura, lo cual contribuirá a tender nuevos y sólidos puentes entre España y Ucrania”.
Se abren estas páginas con LevkóBorovykóvskiy (1806 – 1889) y se cierran con Iván Malkóvich (1961). Entre ellos, una nómina de veinticuatro autores que abarcan doscientos años de poesía y sostienen el nexo patriótico a través de un verso directo, pleno de expresividad íntima, capaz de dialogar con una temática delicada, sensual:“Tal es el caso de MykolaVoronyi (1871 – 1938): “Tú andabas, mito amado, como un sueño,/ que surge de la hondura de los siglos./ Pasaste por mi lado, como infanta,/ entre azules y rosas, aturdido,/ mi espíritu turbado y en el alma/ ardía dominante el sentimiento/ de la gloria del cielo”.
La naturaleza, las estaciones, los paisajes propios…, se abrochan también al hilo de los distintos vates que derraman con nostalgia, con pasión, con dolor o con dicha el sentir de su verbo. Y así lo retrata VolodymirSosiura : “Caen las flores, las lleva el viento,/ pétalos tristes, azul silencio./ Oro en lo cascos, negro el caballo,/ pasa el otoño, va cabalgando”.
La memoria, la familia, el mañana, el amor…, pueblan de trascendencia y verdad estas cromáticas instantáneas de un país y de unas gentes que quieren lo suyo y a los suyos, y que buscan, al par de su identidad, una paz necesaria y conciliadora: “… Para siempre,/ mis penas, mi dolor, mis alegrías,/ serán las de mi patria, porque late/ un puñado de tierra en mis entrañas”.