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Patio de monipodio

Acento Andaluz

Y les choca que Andalucía despierte, que resurja. Que Andalucía sepa hacer cine y sea capaz de recrear el pasado...

Tiene gracia. “Que me lo traduzcan al inglés, a ver si lo entiendo”. Decía una protesta contra el andaluz de la serie “La peste”. Las hay políglotas, incapaces de comprender el idioma propio por un tono distinto. Y rechaza el acento de otra zona, cuando debería rechazar su escasa capacidad comprensiva. ¿Esperaban que una serie ambientada en Andalucía se hable salmantino? Todo el mundo entendía y entiende a “la Juani”, al “gazpacho”, al portero, a la chacha o a la yonqui, por más andaluz que hable. Pero no entienden a los actores en “La peste”, porque hablan andaluz. Espantoso ridículo racista y xenófobo. Hipocresía de quinto grado. Qué suerte “ser” políglota y comprender el inglés y no ser “bilingüe” para comprender el andaluz. Será que no aceptan que una serie, o una película seria, puedan estar habladas en andaluz. No aceptan que el médico, el arquitecto o el abogado, puedan hablar en andaluz. Demasiado acostumbrados están a que el andaluz se reserve para personajes pintorescos o sin cualificación De tanto obligar a imitar el lenguaje del centro (¿puede decirse centralista?) a locutores y actores, aún cuando representen a un personaje andaluz, han creído que el andaluz debe ser erradicado. Y les molesta que en la  tele o en el cine se hable en un lenguaje que les molesta.

Lástima. Por ellos, por los xenófobos. Porque estamos rompiendo el estereotipo, mal que les pese. Creyeron que podían manipularnos de por vida, que podan quitarnos nuestro arte, nuestra cultura, nuestra historia, para lucirla quienes no tienen ni arte ni cultura ni historia. Y les choca que Andalucía despierte, que resurja. Que Andalucía sepa hacer cine y sea capaz de recrear el pasado. Ese pasado que descubre, y demuestra la falsedad, de un espíritu colonialista. Patético acusar de “delito de odio” a quienes gritan libertad, sin reparar en el delito de odio de quien pregona “unidad” y se ceba en agria crítica a otros.

Pero, insensibilizados, no ven como van adoptando este lenguaje que tanto odian, critican, y castigan, incapaces  de corregir la pérdida de la “d” intervocal, -en vez de presumirlo como una “cualidad del centro peninsular”- o la “s” final”. Lamentable que todavía mantengan su guerra al andaluz, mientras llevan tiempo pronunciando la “h” aspirada; insensible cinismo, tras siglos criticándolo o acortando palabras en clara y burda imitación de una forma de hablar de la que se rien, a la que están cansados de criticar, sin ver que pueden ahogarse en sus risas.

Continuemos rompiendo el estereotipo, acabemos con el tópico que como sambenito se nos ha colgado y sólo quedará el ridículo de las críticas. Acaso, en realidad molesta una serie ambientada en Andalucía. Pues seguirán otras. Si ver y oír a personas cultas hablando andaluz, molesta, preparen sus oídos para todo lo que queda oír.

Y si mañana -por un casual, es un decir- decidiéramos que no queremos seguir junto a quienes se jactan vejándonos, junto a una escuela y unos medios que nos ignoran, que no nos gusta, no nos mola y -sobre todo- no nos conviene porque estamos hartos de ser esquilmados, los demás pueden hacer lo que quieran. Menos inventarse sorpresa, porque nos están cargando de razón.

 

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